Powered By Blogger
Powered By Blogger

HOMENAJE A LOS MUERTOS Y TORTURADOS EN

  • Regimiento Guías / Batallón Logístico, Concepción
  • Regimiento Reforzado N° 7 Chacabuco Concepción
  • Comisaría de Carabineros N° 4 del Canto, Hualpén
  • Regimiento de Infantería de Montaña N° 9 “Chillán”
  • Base Naval de Talcahuano / Base (Fuerte) “El Morro”
  • Regimiento Artillería N° 3 Silvio Renard Concepción
  • Tenencia de Carabineros de San Pedro de la Paz
  • Regimiento de Artillería N° 17 de Los Angeles
  • Escuela de Grumetes en la Isla Quiriquina
  • 2° Comisaría Carabineros, Concepción
  • Comisaría de Carabineros, Lota Bajo
  • Comisaría de Carabineros, Coronel
  • Cárcel El Manzano de Concepción
  • Cuartel de Investigaciones de Lota
  • Cuartel Militar Lo Rojas, Coronel
  • Estadio Regional de Concepción
  • Comisaría de Carabineros Lota
  • Estadio El Morro Talcahuano
  • Estadio Regional Coronel
  • Recinto CNI Concepción
  • Prisión de Yungay
  • Cárcel de Lebu
  • Cárcel de Tomé
  • Cárcel de Yumbel
  • Cárcel de Chillán
  • Cárcel de Talcahuano
  • Buque Escuela “Esmeralda”
  • Retén de Carabineros Quinchamalí
  • Retén de Carabineros de Salto del Laja
  • Tenencia de Carabineros de Monte Águila

Powered By Blogger

RELATO



EL LIBRO INDECENTE DE LA MUERTE

Autor: Francisco Medina Cárdenas


A

Extrañamente un ritual se suscita en el reino del día de hoy y estalla con todos los brazos del viento como una señal confusa de uno y de otro en la vida diaria. Quizás un tributo que se exprime de aquellas nubes verdes que yo acostumbro a mirar: advirtiendo una caravana de corrientes metidas en la montaña. Quizás las curiosas estaciones reclaman sus elementos y traiciones desafiando así el porvenir de aquellos filósofos que exitosamente cuidaron cada mañana con los ojos en las piedras desnudas. Tengo mis ideas históricas: se filtraron grandes árboles de capas duras e inexistentes en el color de aroma de aquellas cenizas que dejó la fuente natural. Observa como las aves del cielo enfilan adiestradas como fieras pequeñas en bandadas militares: aquella vez fueron maravillosos incendios que explotaban en el aire a sangre y fuego...Fue algo creciente que no estaba en la aventura de aquellos ojos esa madrugada con estrellas eran como los siglos de minúsculos instr. mentos mágicos. Eran los timbres, las noticias, los teléfonos, eran asesinatos lúcidos, fatalmente. Espera, dijo el jovencito: déjame que te pinte una vez más la escena (desapareció por un instante, regresando ahora con sus armas de colores, se trata de un pincel para los trazos, una paleta manchada cuatro frascos para los matices y un lápiz de grafito). Él trataría de pintar las tramas del infinito con el furor metálico de las ilustraciones. Él trayendo lo innombrado con los hallazgos del ojo como si fuera la primera vez: temía que alguna aguja o telaraña fuese a perturbarlo con su sombra amenazadora. Pronto la dinámica de los pinceles fue mostrando los problemas de la calle en su espíritu coreográfico con una hipótesis impresionante. Entre tanto sus manos iban registrando aquel patético boceto: la luna con sus caracoles petrificados trayendo los amarillentos exilios. Me advierte preocupado el cuento de la radio con cada jornada opositora despotricando las torturas y de las raíces nómadas que traen las horrorosas miserias del tiempo más allá de los cinco sentidos: él trayendo los conceptos abstractos de las calles con sus esqueletos básicamente muertos: tiene delante una arquitectura de sonidos con sombras que solo saborea gotas de agua que salen de alguna parte.

(…) dejemos todo esto abandonado: mira que las estrellas andan corriendo en un galope misterioso y, Súbitamente ¿Qué está sucediendo: cuando, desde las alturas las palomas observando esas móviles sombras: parecen fusionarse con los espacios de la calle: tenemos veloces infiernos, Oye, espera, le preguntó: Quiénes son esos y, otra vez, Vámonos: Ese callejón es más seguro porque el cielo no es un lujo. No no no, Somos testigos de algo que parece espeluznante: Pero, en la ciudad los espejismos brotan como callampas. Claro que nosotros así como estamos no podemos hacer nada: ese caudal profundo de sombras y tortugas ninja están sin texturas. Oye, por favor guarda silencio, le dice, Cállate: confieso que la vida ya tocó fondo. Vienen por allí dos vehículos engomados: Si si. Ya diviso sus orillas, su propio movimiento: Se esconden ellos en las entrañas de aquel extraño amanecer: quieren madurar un gran dolor: Se abren todas las puertas negras: Son tantos palitroques, que se desean siendo dioses: Semejantes a una buena película de contrabandistas: tal vez algunas tentaciones: Descienden muy olorosos varios tipejos caraduras que se derriten en los colores: Pero, Si si, Están sacando a alguien a tirones como una descarga de fusilería: Arrastrándolo…un fardo de ropa sucia: un constante juego ofensivo… No lo sé, Hoy mis ojos de pintura no me acompañan mucho porque, Yo veo a uno de ellos (un objeto verde como un demonio) Ese caradura es algo flaco, moreno, de pelo bien crespo, tiene pequeños bigotes: Ahora el tipejo ca davéricamente levantando una voz chillona que parece de astilla, quizás un nombre vacío No lo sé Seguramente está dando instrucciones más allá escupe viene después No lo sé, Él, quién, dime algo, Creo no equivocarme, Ese hombre aflautado verdaderamente es el jefe con su engominado acento guachaca. Babea como una pelota, su cuerpo. Los atigrados adolescentes refunfuñando y oteándose uno al otro y dándose señales preocupantes, ellos con la agitación de sus ritmos cardíacos allí se encuentran en un hito casi inexistente. “Ellos se acoplan a cualquier cosa de lka muerte”. Espectáculo. Circo Negro. Avenida Las Torres con Santos Medel. Ufff. Amigos.

La populosa Comuna de Pudahuel. Lugar de los lloros, Y de tantas sangres con imitación de contrastes.

SeÑoR sEñO …auxilio…alguien…

(Ella un ser tan triste en ese momento con sus carnes apelmazadas buscando tantas llaves inservibles.

(Ella con sus ojos de agua seguramente que no quiere continuar respirando en este tremendo vacío)

ALGUIEN está viéndome, grita…y su cabeza soportando y gira en un ángulo como una goma fría

Alóóó…CUÁNTOS me escuchan…se pregunta por cuarta vez moviendo sus ojos enloquecidos

Mientras los insectos apretujados y tan caraduras continúan lamiendo ese exquisito manjar rojizo fuerte Ella sintiéndose como en un precipicio y con sus huesos rotos y la mirada perpleja en otra dimensión

Soy una míSERA mujer…(ella pensando) vengo con los malos espíritus de mi pasado verde luna

Van arrastrÁndoME…canallas… (ella así no más murmuran los adolescentes en el mirador)

Parezco una espuma fuera del agua…exactamente un bulto muerto y una boca le habla

Ella dudando bajo la noche fría fuertemente tanto rumbo al cementerio ambulante

Si si Quizás sea un monigote esos de plástico todos disparando sus pelotas Ayyy

Oiga… Ella se llama Margarita… la señala con una voz saladamente buena

Allí ese día la muestra orgullosa, la mujer se encuentra muy nerviosa,

Mi querida madrecita una mujer valiente con su respiración acelerada.

Ella me contempla con mi blusa color marengo puesta por un momento, quizá llora…

Ellos los caraduras se infiltran en mis arterias y van carcomiéndome con sus zapatos de goma

En sus mentes hediondas se recuerdan de algunos cuerpos, Ahora los gorilas con sus pellejos y disfraces, Ellos apareciendo en los diarios opositores los mafiosos haciéndole a la muerte con sus bluyines.

Ellos con sus uniformes ensangrentados con morisquetas a las multitudes democráticas

Ya me violentan estos fundidos autómatas con un nuevo ritmo afro tipo DINA

Observamos como van golpeándola con esas terribles macanas de plomo

Mientras tanto los rictus de sus caras se descuelgan en el espacio,

Pronto Ellos alucinándose con ese ritual de la violencia

Y descubro una luz amarilla en la yema de mis dedos

Mi rostro lleno de hematomas, Siento la voracidad animalesca Y los hilillos

Claro, La memoria Tambaleando Y trajinando Y en algún punto negro,

Mi cara es una máscara griega

Y que va amoldándose a mis dolores,

Descubro Allí con el Héctor y con mis otros dos hijos pequeños,

Y en sus ojuelos preocupados por su madre,

Hoy están llamándome…

Reconozco esas voces enronquecidas…

Todavía no regreso de este maldito paseo sin retorno,

Ya nada puedo hacer,

Quiero estirar mis lágrimas…Si Pierdo otra vida

Quiero borrarme de este paisaje Con los dibujos de esta encrucijada.

Y en mi pieza Allí una vez más Cada mañana Están llamando las Víctimas con Radio Cooperativa explotando el dial con las noticias de los muertos…

B

En su adormecimiento por una oleada de minutos ella sustantivamente encerrada en sus oídos, Tráfago de

Ella rememorando una y otra vez a su familia, Y nosotros aquí arriba supimos mucho después (,,,)

El tiempo es un fósforo y pitea la crueldad, pero se pregunta, Dónde estarán anotados tantos pensamientos,

Si, amiga mía, esa compleja estructura relojera de adornos corporales dándole datos increíbles cuando, No,

Yo creía que ya había olvidado nuestras miradas y nuestros espacios, Cuando se despertaron mis recuerdos.

Espera, mujer y lo anota en su voz, mirando en la distancia a su Quico, Ella anónima con cierto misterio,

Recuerdo. Vamos a comprar sopaipillas en el almacén del barrio Y una entusiasta pregunta que él asiente con una amplia sonrisa, Luego él está contándome sus sueños de justicia que se atraviesan por su mente, también esos voraces sueños de adolescente y cuando el compañero Allende tuvo que saciar al pueblo, Mientras avanzamos tranquilamente e insaciables por una calleja del populoso barrio Lo Ovalle Pronto Se quedaron casi congelados en un enfermizo silencio hasta llegar de regreso al lugar. Un viento de calavera.

La señora Margarita Muñoz les abre la puerta, tiene en su rostro algunas preocupaciones, en seguida está pidiéndoles que no metan ruido. (Ellos cuando no existía nada uniforme con las invenciones del mundo)

Ella sabe que está sin zapatos y sus ropas terriblemente lacerantes Ella de nuevo metida en sus sueños como

Está viendo a los niños, Ya duermen Y con su cabeza fría Y está segura que no sale de aquella ratonera Pero Llegan a su memoria cuando Mira Como Golpeándola Ohh Qué terrible… Ellos los adolescentes

Ella Ese día está contenta por varias situaciones, Asiste con cierta curiosidad a una peña de la población.

Escucha de los cantautores varios cánticos populares explosivos, eléctricos y rebeldes que van entrando y saliendo por las orejas y, Ella ahora se quiebra como un jarrón de porcelana, Si, Tienen en sus manos los vasos del vino tinto y las empanadas caldeas Y dE pRronTO Brota una tonada y Salen varios al ruedo para bailar la cueca movida y el grosso cigarrillo con sus volutas azules tragándose las moléculas de seres insignificantes y,

PERO ELLA CON FUERZA TRATANDO DE HUIR DE AQUELLOS FANTASMAS… Por supuesto, Cada uno de los presentes en la Peña de los González trabajándole al lenguaje de las víctimas, Sabiendo ella y ayy qué de recuerdos mi amor y ella soltando un suspiro y de tantas cosas horribles cuando,

Fue con la Dictadura Militar cuando crearon la DINA con el siniestro coronel Manuel Contreras a la cabeza con el exterminio de la izquierda y ella continúa con sus polvorientos pensamientos Y ahora todos se encuentran un poco nerviosos y sonríen algo tiritones Quizás sean las garras del frío y entonces persisten metiéndole harto fuego a la chicharra del blábláblá… Es la neblina espesa apoderándose de la mismísima sombra de cada partícula de su cerebro, pensó largamente, Y otra vez las bocas de los cantores dándoles tantas ínfulas a sus pulmones, Y ella claro que ya se había olvidado del tiempo, Y se prolongan las guitarras como genuinas alarmas de la tierra y aquellos hocicos olientes a madera fresca emitiendo sus señales atercio peladas Allí En el fondo de la oscuridad rebuscando ella ciertos resplandores con las señales invisibles (…)

Hoy con sus retinas bien abiertas Ella se encuentra introducida en aquellas clases, Encuentra que fue una bonita idea traer esa escuela de modas a la población, piensa en el ruidoso suceso para todas esas mujeres, Si, Justamente aprendimos entremedio de nuestra pobreza a hacer blusas, faldas y otras cosas para nosotras y a nuestros hombres les hicimos camisas, pantalones y chaquetas, etcétera,

Quiero mover mi cuerpo y continuar batallando con mis vecinas y mis amigas me felicitan por algunas ideas afines pero, si si la profesora una chiquilla madre soltera que sigue hablándome de otros planes para el futuro y sus ojos dilatándose…

Ohhh Con horror descubro el delantal de su cuerpo que va extinguiéndose (…)

De improviso, apagamos la luz del dormitorio. Por allí nos rodean las voces del mundo exterior

Vi en las mandíbulas negras como si fuese un sol oscurecido en algún ángulo,

Antes de dormirse, mi esposo Quico comentándome la gran protesta que hicieron cerca de un callejón, Tengo que abrir los ojos con mayor sensibilidad y, Ella claro que oía la respiración a su hombre pero…

Mi amor, dijo y era una voz de falsete, Estaban casi todos los vecinos y luego añade en su conversación e incluso le relata que habían varios jóvenes con sus padres y éstos adolescentes hicieron de soldados,

Y él semejando una estructura viva y solidaria y siempre respirando y ahora se cruzan sus miradas,

Vi también algunos niños en la lejanía con sus imágenes semejando los pequeños simios del zoo

Y empezó a surgir el fuerte humo de los neumáticos y ellos en un tropel de la periferia,

Si si Todos eufóricos con aquellos cilindros de caucho que estaban ardiendo y quejándose

E implorantes chirridos acuosos con palos con trapos con diarios y con montones de ramas secas

Y entre las llamas se escuchaban cánticos y la fatal humareda y vaya que iba tapando el lenguaje,

Allí ella oyéndolos pegada a su cuerpo y entre saltos y gritos de guerra y en la calle popular sonoras ideas

y llegó la famosa Radio Cooperativa y ya a estas alturas nos daba la impresión de un campo de batalla,

Sí, es la pura verdad, él dice, igual a una película que había visto un día en la televisión, no se acuerda

ni del canal menos del título, Quizás los personajes cinematográficos eran de color tipo azabache y,

ellos coludidos destrozaban las vidrieras de los almacenes y, llegando la policía antimotines

en sus caballos y vehículos todo terreno fueron arremetiendo contra los manifestantes,

Y ella a medida que iban pasando las horas allí notaba la diferencia en ese cuchitril,

Allí una vez más respirando profundamente, todavía sigue la revuelta de los pobladores,

ellos casi en las lágrimas están pidiendo paz y democracia y,

Ahora ellos dos están abriendo sus párpados

Y escuchando desde sus entrañas algo tan extraño

De muy cerca voces quejumbrosas de los que huyen y

Los brutales caballos de la policía y jeeps de los militares

Destrozando a la muchedumbre en el pavimento de las calles

Y ese tableteo de las balas escupiendo sus maldiciones de plomo

Incorporándose en la cama, la María Loreto y el Quico con las manos cogidas,

El aire de la noche larga que desea introducirse por las rendijas de la muralla y,

Les llega el ruido de las botas de aquellos carabineros del Grupo Móvil

y los rabiosos bocinazos que emiten exploradores y pinochetistas

y se escuchan tan de cerca las amenazas de los verdugos y,

Claro, clarito esos son bravos estampidos de armas de fuego

y aquellos en el suelo los furiosos gritos de los heridos,

Ahora traen a sus mentes la María Loreto y el Quico

imágenes en blanco y negro de dos niños muertos

Allí descubrimos los cadáveres tirados en el barro.

Ella desconcentrada enfrentando nuevas agresiones

Y los adolescentes desde el cielo pendientes de cada cosa

Como pensar en algo, no lo sabe, quiere olvidarse de todo

Y en su pierna lleva alojada una bala, pero, quién lo hizo, Él, quién, se trata del más macho de los cobardes en un arrebato de furia cuando,

Allí con la carne destrozada sopesa su derrota de mujer, haciendo un ademán característico

Ahora está observando las maravillas de tantos delitos de aquellos delincuentes de uniforme

No soy la primera en tener tanto sufrimiento

ELLA TAN ENVEJECIDA FRENTE A LOS CRIMENES

¿acaso seré la última mujer asesinada en este desploblado?

Ellos los agentes del estado cursando apuestas

Yo trato de conciliarme con la chorrera de visiones que irrumpen con sus olores aquí en el cadalso

Y ella en sus incertidumbres

Y ella mirándolos a los ojos Y de pronto creyó ver un vestido blanco,

Y recuerdo clarito

Y fue a mis ocho años de edad Y fue mi Primera Comunión

Y la fiesta de una niña

Todavía en mi trompa de Falopio

Y escucho el retumbar de las risas de mis padres y allá mis hermanos

Y el cura con su voto de pobreza y sus prédicas sociales y él dichoso hablando de Theillard de Chardin

Y las felicitaciones de mi numerosa familia porque era una mujer en el redil de las consagradas PERO…

Allí las bestias trabajándole a mis huesos

Y allí descubro las carencias psicológicas

Y sus infancias rotas

Ohhh Otra vez mis carnes rompiéndose en mil pedazos,

Y sus alientos fofos

Y sus rostros amarillos

Y varios golpes de puño

Y estos maricones de siete suelas Y sus malolientes risotadas

Y sus vidas

Y ellos los muy caraduras meando en cada árbol Y se cubren sus cabezotas rapadas con algo negro,

Y yo una mujer de pueblo Y con tanta mala suerte Y murmurando muchas cosas entre mis dolores,

Y hoy quise otras ofertas Y otras alegrías Y mis entresueños se frustran Y ya pronto me voy a morir

Y es mi espantosa agonía aquí en las torres de alta tensión Y ya no me falta nada para mi asesinato

Y ya sé ubicar a las bestias del regimiento Y ellos jugando a las muertes Y sus propias familias

Y qué alivio señores de los cementerios

Y ellos que están guardando todas esas voces vacías.

C

Ella caótica se yergue y ferozmente echando su cabeza a un lado cuando huele toda la soledad que va metiéndose en sus catastróficos y ellos los hampones anfitriones con sus aguas sucias dándole la noticia al mundo cuando la Radio Cooperativa corrobore en la pauta informativa de su acribillado cuerpo

-Oye, dice uno con el ojo tuerto, tú podrías imaginarlo y otro metido en su camisa azul como aquellos animales de hormigón olientes a cebolla en escabeche Todos con los bolsillos llenos con los billetes que fabrican en La Moneda y todos riéndose hace un rato de sus propias desfloraciones.

Son los primeros socios que se anotaron ese día en el regimiento para estas aventuras de la muerte, dicho de otra forma en los parámetros de los disfraces y con el dedo índice en los labios pide silencio, seguramente dirá un cierto discurso y se recuerda el uniformado como en aquella fotografía, allí tuvo que discursear como comandante de derecha en patria y libertad, Si, cuando el mentado pablo rodríguez le pedía que hiciera algunos trabajitos a nombre de la araña,

-Bueno, recuerden que somos las personas juramentadas del Ejército de mi general Pinochet y que férreamente integramos la nómina de la Brigada Mulchén.

Ella escuchaba con asquerosa ventilación la maldita respiración de cada uno de los perros pero, sabe que se encuentra en medio de un camino solitario, Quizás alguien esté mirando sin atreverse a delatar su cuerpo, ella mira para todos lados sin atreverse a subir la cabeza.

Le amarran un chorizo con cartuchos de dinamita, ahora ella levanta sus ojos al cielo, De su epidermis como cuelgan estas figuras geométricas semejando condecoraciones o simplemente cabelleras planas,

Ella está cantando en su desnuda mente,

Quizás sean las medallas del dictador en sus guerras ficticias, se imagina ella, Chismorrean que fue una guerra abierta los primeros días de la asonada, Ahora la mujer con sus bordes en las heridas, ella se recuerda de la escena callejera con la gorra del ejército, ella sin saber cómo, allá lejos todos están llenos de miedo, mientras con humor negro simulan disparos entre ellos mismos y, las risotadas son por una mujer menos en el planeta.

Irrumpe otro vehículo y se baja un capitán, con fuerza en sus palabras ordenando que se apresuren, pronto llegarán las luces del amanecer,

Vi el uniforme de los gánsters, hasta la mitad semejantes al de las mujeres, Si, esos mismos enquistados en la carroña de los cuarteles, Otro que desciende lleva un terciado que le cruza el pecho lleno de balas, Ese otro tiene una cara de sicópata y, cuenta que lleva un gran revólver para matar los miedos, mientras que otro transporta una metralleta para crear las agujas de la muerte. La tensión sube de niveles,

Ella sabe que va a morir

El tiempo está en sus bolsillos

Revisando ella todos los alrededores

Con ojos cadavéricos demasiado rotos

Ahora la niebla poco deja al descubierto

Ellos con los palitroques descompuestos y se burlan a sí mismos Son cuatro o cinco fantasmas que la insultan…

D

Ella gritando un rato con la fusión de los caballos.

Ahora. Está sola. Ya se han retirado los agentes del estado

-¡Voy a morir!! repite a la concurrencia muda e inexistente quedando agotada.

Las voces de mis hijos grabándose en mi cabeza.

Mi madre con taquicardia.

En la Comisaría preguntándole al sargento por enésima vez.

Quico mi marido preocupado dialogando en la Vicaría de la Solidaridad

En el centro de Santiago él mira a los universitarios como reclaman contra los asesinatos del CNI,

Ve transeúntes leyendo el diario Fortín Mapocho

Y con los carabineros arremetiendo con sus lumas en ristre

Por allá otra gente comiéndose la comida chatarra al paso.

Pronto. Mi boca se seca

Algo raro me está sucediendo y suplico

al todopoderoso o como se llame que proteja a mi familia

Mis recuerdos confesándose entre los pliegues de mis carnes

pero alguien me patea con todas las furias,

Estoy absorbiendo todos los castigos de mi vida

Con los rictus de esas bocas que se van multiplicando

Ella todavía con el hielo de la noche

Mi rostro húmedo como una gran inundación

Y muevo mis pequeños ojos sin poder tocarlos siquiera

y como muchas manos están divirtiéndose contra mi pellejo

Apuro mi respiración pensando en mi madre

y un puño helado choca en mi estómago

y mis pobres brazos se van tornando tan violáceos

Ahora. Varias manos me entrecruzan cables

Como un pastel de manzana lleno de grietas

y confluye desesperadamente lo cotidiano

y yo pudriéndome entre los aullidos de la noche

Yo. Regresando de un paseo dominical en mi infancia

Y no sé cómo hoy ha desaparecido mi cuerpo de mi casa

Tampoco sé cuántos cartuchos de dinamita rodean mis extremidades

Y tengo las manos y las piernas fuertemente amarradas y con los gritos de las bestias Y con sus risas histéricas jugando a los vaqueros Y como se recuerdan del mítico james bond cuando éste elimina a sus enemigos

Hoy. Cuento los segundos que me quedan para estrujar todos mis aires y algunos pajarracos con sus revoltosos graznidos pasan veloces y luego están revoloteando para vencer esas fuerzas extrañas / Quise ser una madre moderna con mis hijos y ellos piensan de todo Quise darle felicidad a tantas personas de la población Cuantas alegrías…

(Un perro negro. Se aproxima con precaución. Con sus orejas buscando con los oídos algunos sonidos. Ladra ladra tratando de apoderarse de un pedazo de mi cuerpo. Finalmente descargando sus desperdicios).

-Oye, mira si como el tiempo se va adelantando quiere decirnos algo revelándose uno al otro de los adolescentes / Mi mente como que percibe con fracción de segundos aquellos engranajes del fatídico reloj

Es el nAciMienTO dE uN rUiDO((((

Y este de golpe va tragándose todo

Y cada uno de sus chasquidos

Y sus piernas VUELANnn

Como si fuesen ramas

Y sus brazos alados

DESTORnillándose

Y crujen sus huesos

a-b-r-i-é-n-d-o-s-e

una gran ventana

entre sus pechos

Y el aire como se aniquila

Y su testera desprendiéndose

Y como bala de cañón se incrusta

En los metales de la torre eléctrica

Algunas sombras

con los pobladores furtivos que

notan a la distancia

como los bandidos se reparten las moléculas

Y

con la Radio Cooperativa que está llamando tan temprano…

Atención Y son las 5.45 a.m.

“Y le contamos

Hemos descubierto que la tierra otra vez quedó mojada con la sangre de una víctima…”

(María Loreto Castillo Muñoz. Dinamitada por la CNI)


ESCRITOR RHOMENAJE AHOMENAJE AL GRAN ESCRITOR GUERRILLERO SALVADOREÑO ROQUE DALTON ASESINADO POR SUS PROPIOS CAMARADAS COMUNISTAS


TON

ENLACES Y OTROS SITIOS








Biblioteca de Soledad Atzompa, en Veracruz, México.
Solicita donaciones de libros.
Comunicarse con Sixto Cabrera González
sixtocg@yahoo.com.mx.
Bosque de Palabras (Piura, Perú – literatura)
Julio Carmona:
http://www.vosquedepalabrasvives.blogspot.com/
.
Buenos Aires Jaque Press, en inglés y español:
Director: Alfred Hopkins.
http://jaquematepress.blogia.com/

Casa del Poeta Peruano
http://www.letrasyartes.com/casadelpoeta

Círculo de Escritores de Venezuela
http://literaturayvida.blogsome.com/

http://www.circulodescritoresvenezuela.org/

Carmen Cristina Wolf Losada:
literaturayvida@yahoo.com

Colectivo Artístico Morelia (México)
José Luis Rodríguez Ávalos:
colectivoartisticomorelia@yahoo.com

Grupo literario “La nave fue y volvió”. Río Gallegos, Santa Cruz, Argentina.
Carlos Pablo Lorenzo:
lorenzopablo10@yahoo.com.ar

http://tallerliterariorg.blogspot.com/

http://concurso-tallerliterariorg.blogspot.com/

HonorArte (literatura)
Directora: Silvia Sturla.
http://www.honorarte.com.ar/

Palabras del Uruguay invita a los escritores del mundo entero a sumarse a su nueva sección Escritores Hermanos. Los requisitos están disponibles en:
http://www.palabrasdeluruguay.com/requisitos.htm
Revista ARCHIVOS DEL SUR
Revista digital de cultura, desde Buenos Aires, Argentina.
Directora: Araceli Otamendi:
revista.archivosdelsur@googlemail.com

Revista cultural REVERS (en lengua valenciana).
Escribir a Sant Josep, nº 12 – 1º – (CP 46.410) Sueca (Valencia), España, o bien a:
revers.revista@gmal.com

Revista La Mancha (Chile, publicación literaria)
http://www.lamanchadesdequilicura.blogspot.com/

Amanda Espejo:
espejolamancha@gmail.com

Revista "Lakúma-Pusáki" (El fuego en el agua), de Chile
http://www.poesias.cl/

Director: Miguel A. Moreno Duhamel,
pusaki@poesias.cl

Revista KOYAWE (literatura)
Director: Luis Macaya Jiménez,
revistakoyawe@hotmail.com

Casilla 522, La Serena, Chile.
Revista virtual LA POLLERA (la única revista cultural ciudadana), Santiago de Chile.
http://www.lapollera.cl/
o al contacto:contacto@lapollera.cl
Revista virtual XILOTE (México).
http://www.xilote.com.mx/

Coordinación general: Miguel Ángel Aguilar Huerta,
correo@xilote.com.mx

SADE – Escobar (Argentina)
http://www.sadescobar.blogspot.com/

Aída Holtz:
http://www.aidaholtz.blogspot.com/



ENLACES

Red Cultura por la Paz, Quilicura.

Revista Koyawe

Poetas por la Vida

Poetas del Mundo

Descentralización Poética

Descentralización Poética

LINKS

ENLACES


noticias

PRENSA MUNDIAL

NOTICIAS DE AFRICA

GOOGLE NOTICIAS

Google Noticias

prensa internacional

RSF

Manifiesto Periodismo y Derechos Humanos


Visite Burundi

PRENSA INTERNACIONAL






[ TVgratis.TV - Tu Portal de TV Gratis - www.TVgratis.TV ]
ORGANIZACIONES INTERNACIONALES

Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI)
www.uncitral.org
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD)
www.unctad.org
Organización de las Naciones Unidas (ONU)
www.un.org
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
www.unesco.org
Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)
www.wipo.org
Organización Mundial del Comercio (OMC)
www.wto.org

Derechos Humanos


Colegio de Abogados Penal Internacional (CAPI)
www.bpi-icb.org
Corte Europea de Derechos Humanos
www.echr.coe.int
Corte Penal Internaciónal (CPI)
www.un.org [Inglés]www.icc-cpi.int
Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia (TPIY)
www.un.org [Inglés]
Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR)
www.ictr.org [Inglés]

ORGANIZACIONES EUROPEAS

Consejo de Europa
www.coe.int
Consejo de la Unión Europea
http://ue.eu.int
Parlamento Europeo
www.europarl.eu.int
Unión Europea
http://europa.eu.int

Buscar este blog

ENLACES

Escribe Escribe un artículo

Todos pueden crear artículos enWikinoticias. Escribe un titular en el recuadro que sigue, haz clic en Crear artículo y comienza a escribir.

No olvides verificar el listado de páginas nuevas para ver si alguien más ha iniciado un artículo sobre el mismo tema


sábado, 5 de diciembre de 2009

Pequeñas Historias de Mujeres en Tiempos de Dictadura


PEQUEÑAS HISTORIAS DE MUJERES
EN TIEMPOS DE DICTADURA 1




Lorena Antezana Barrios
"Si estoy en tu memoria, soy parte de la historia" 2






Voy a relatar esta historia en primera persona, porque ésta, es también mi historia, mi búsqueda de respuestas, mi necesidad de encontrar la tierra prometida, aquella en la cual podría plantar un árbol, echar una raíz, y quedarme.
Crecí en Bolivia y siempre creí que tenía una familia con sangre gitana, era lo que mi padre decía cuando nos llegaban cartas de mis tíos... bastante viajeros. Algunos destinos habían sido Argentina, Rumania, Suiza y nosotros en Bolivia.

Cuando cumplí 18 años mis tíos me invitaron a estudiar allá y ese año (tenía 17) empecé a hilar retazos, recoger fragmentos, darle sentido a conversaciones que había escuchado, frases y silencios.

En los largos paseos que daba en el cementerio en Ginebra solía recordar, detalles de mi infancia, de mi casa, de mis hermanos, de Bolivia... y me daba cuenta de que algo faltaba.

Recordé mis pesadillas de pequeña, descubriendo, con asombro, que existía una misma matriz en ellas. Cuando era pequeña soñaba que corría desesperadamente por un bosque buscando a mi papá, al principio con mi hermano (un año menor que yo), luego, él tampoco estaba y a ambos se los habían llevado unas brujas verdes y los tenían encerrados en un gran huevo. Yo caminaba alrededor del mismo sin encontrar por donde entrar.

Más adelante, cuando nació mi hermana, soñaba que desde un closet sin puertas salían unos seres verdes (los mismos que dibuja un niño) y rodeaban la cuna, se reían maliciosamente y empezaban a tocarla, y yo no podía ni gritar ni moverme.

Luego, adolescente ya, un grupo de hombres (parecían terroristas) raptaban a mi papá y a mi hermano y los tenían encerrados en una cueva, muy fría, los habían maltratado, y otra vez la sensación de impotencia, de angustia, de búsqueda.

Recuerdo también, en otro sueño, que estaba buscando a mi papá y un tío, estaba con mi tía Ely 3 y corríamos por largos pasillos, dos hombres nos perseguían, pero nosotros sabíamos que los íbamos a encontrar. Entonces llegábamos a un gran gallinero y muchas personas estaban encerradas allí, preguntábamos por ellos y nos respondían que al parecer estaban allí.

En los últimos años, antes de irme a Suiza, ya eran militares los que se llevaban a los que quería, y ya no sólo se trataba de mi padre o hermano, pero eran siempre hombres, y hombres queridos.
Al llegar a Suiza, empecé a darme cuenta de que muchas de las cosas que yo había creído siempre no eran así. Primero descubrí que a mi tío Luis (hermano mayor de mi mamá) todos le decían José, después me dí cuenta de que el no había elegido irse a Suiza, sino que había tenido que salir y entonces, se derrumbó la creencia de que tenía una familia con sangre gitana, a la que le gustaba salir a la aventura. En realidad, no tenía mucho sentido que mis tres tíos vivieran lejos de Chile, y toda la familia de Marga (esposa de Luis) también.

Recordaba también que cuando mi abuelita Mercedes empeoró por el cáncer que había ocultado durante tanto tiempo, nosotros viajamos por tierra desde Bolivia para estar con ella, pero ninguno de mis tíos viajó a verla desde Suiza, y la querían tanto...

Siempre había sabido del golpe de Estado en Chile, y también sabía que mis padres y tíos no estaban de acuerdo con lo que había pasado pero, mi papá nos había dicho que él decidió salir del país porque la situación no era fácil. Y nunca pregunté nada más. 

Cuando yo salí de Chile tenía sólo dos años, se supone que un niño tan pequeño no se da cuenta ni se acuerda de nada a esas alturas, sin embargo no era así.

Viajé de Suiza directamente a Chile, bajé del avión y caminé con mi mochila de doce kilos en libros a la espalda hacia la salida. Las puertas se abrieron y entre la multitud divisé a mi papá y a Alvaro (mi hermano), se abrían también las puertas a la conversación, y yo tenía muchas ganas de conversar y muchas preguntas que hacer.

No fue en ese momento que hablamos, fue mucho después. Sin embargo creí mi deber el reconstruir esta historia, depurar los recuerdos, forzar a todos los implicados a hablar, porque es una deuda que debemos saldar, por todos los que no fuimos protagonistas pero desde la platea recibimos el impacto de lo que sucedió.

Grabadora en mano comencé a reconstruir la historia, los recuerdos ya no eran tan nítidos, el olvido había llenado de lagunas la memoria. Sistemáticamente me reuní con los que estaban aquí, intentando reconstruir una historia y llegando más bien a unir retazos.



A MODO DE CONTEXTO


En Chile hay una herida abierta que no ha cicatrizado y aún se tienen deudas con la verdad y la justicia. Este trabajo, en primera instancia y desde su gestación, pretendía recoger casos específicos de mujeres implicadas en la temática de los derechos humanos desde diferentes lugares de la sociedad: mujeres militantes políticas víctimas de la represión, mujeres familiares de detenidos y de detenidos desaparecidos, mujeres vinculadas a la labor de organizaciones de apoyo. Muchas mujeres no habían salido nunca de su entorno familiar y debido a las circunstancias, a la ausencia de alguno de los miembros de su espacio afectivo, se lanzan a la calle, a la búsqueda, pierden el miedo, empiezan a acudir a organismos que puedan apoyarlas, se movilizan, se agrupan.

Tal vez era más fácil entender el lenguaje femenino por ser yo mujer, y creo también que las mujeres de esta familia, al igual que tantas otras, asumieron roles que en situaciones normales no hubieran conocido. Mi misma madre me da una visión de cómo era antes que no corresponde en absoluto a lo audaz y decidida que fue en su momento, a todos los riesgos que corrió, a su coraje al enfrentar incluso a su propia familia. Al igual que lo que fue capaz de hacer Marga en relación a su hermano y su marido (mi tío), o la misma Gloria (tía Ely).

La memoria histórica de un país se va construyendo y enriqueciendo con las experiencias individuales de cada una de las personas que habitan en él. Estos procesos contienen una enseñanza que las generaciones venideras no deben ignorar. Los recuerdos de Mónica, José Miguel, Luis, Marga y Gloria que se articulan en tres relatos tienen un valor histórico por ser, más que números, historias concretas; historias personales que le dan identidad al número inmenso de los que vivieron situaciones similares. En este artículo, por razones de espacio, presentaré sólo algunos fragmentos de los recuerdos de mi madre, Mónica.



LA RECONSTITUCIÓN DE LA ESCENA

En primera instancia, presentaré a mis abuelos maternos, Luis Barrios y Mercedes Alvarez quienes residían en Casablanca en la época del Golpe de Estado de 1973. Dos de sus cinco hijos vivían con ellos, los menores Gloria y Gustavo que aún estaban en el Liceo. La hija mayor, Mónica (mi madre), casada con José Miguel Antezana vivía en el sur, en un pueblo de la Papelera, oficialmente conocido como Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones. En ese entonces ya habían nacido sus hijos Lorena (yo) y Alvaro. Luis, otro hijo de la familia Barrios-Alvarez, se encontraba en Valparaíso, formaba parte del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), lo mismo que su hermano Max, quien operaba en Santiago y los alrededores de Casablanca.

Luis había entrado a la clandestinidad, operaba en Valparaíso y su principal actividad era la de sobrevivir, casi todos sus compañeros comenzaron a caer y él se vio obligado a trasladarse a Santiago donde tenía más posibilidades de esconderse. Su familia no tenía noticias de su paradero.

En Marzo de 1974, Luis viaja al sur con el objeto de realizar un reconocimiento de los miembros de su partido y ver la manera de ayudar a salir del país a los que eran más buscados. En muchos casos ya era demasiado tarde. Un mes después Max sale exiliado a Argentina con su esposa Patricia y su pequeño hijo Gaspar. Andaba muy asustado pues había sido detenido en Valparaíso y liberado de forma misteriosa.

Desde el primero de junio al 31 de diciembre de 1974 centenares de miristas cayeron en manos de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea (SIFA). Muchos murieron, otros recuperaron la libertad y partieron al exilio. Pero 123 de los apresados en ese periodo permanecen aún desaparecidos.

El 3 de noviembre de 1974, en la madrugada, Lumi Videla Moya (Luisa), militante del MIR, compañera de Sergio Pérez Molina (El Chico), fue sacada muerta del cuartel de la DINA en José Domingo Cañas y arrojada por encima de las rejas de la embajada de Italia, por ese entonces repleta de asilados. El mensaje era macabro pero claro: de ahora en adelante, sólo muertos podrían asilarse los cuadros del MIR. 4

Lumi Videla era el contacto que Luis tenía en Santiago. Con su muerte, él quedó a cargo de su grupo y sin muchas posibilidades de acción. En ese tiempo, Mónica se encontraba en Santiago, José Miguel había sido liberado tras tres meses de encierro y se había ido a Bolivia. Ella se encontraba vendiendo algunas cosas para partir. Durante su estadía en el sur Mónica había tomado contacto con Guido Peters, párroco en Laja, quien fue trasladado a La Legua. En contacto con Luis y en un gran operativo lograron asilarse 22 personas en la Nunciatura y salir hacia Argentina. Luis se había casado unos días antes con Marga, hermana de uno de sus compañeros de partido.

En 1975 Max sale de Argentina rumbo a Rumania. Desde allí realiza gestiones para la salida de Luis, quien se vio afectado por la represión pos golpe militar en Argentina en 1976 5, por lo cual, en octubre de ese mismo año parte rumbo a Suiza.

A esas alturas, se le había declarado un cáncer a Mercedes Alvarez (mi abuela) y no era mucho el tiempo de vida que le quedaba. En 1976 se intenta la primera reunión de la familia en Bolivia, donde vivían Mónica y José Miguel. Gustavo se encontraba con ellos. A esta reunión no pudo asistir Luis. Max se llevó a Gustavo a Suiza.

En noviembre de 1979 Mercedes y Lucho viajan a Suiza, esta sería la última vez que los tres Barrios hombres verían a su mamá que muere al año siguiente.

En marzo de 1991 se produjo el primer encuentro sobre la tierra natal. La familia de mi madre se reunía después de 18 años, una persona estaba ausente: la abuela. Su no presencia se hacía latente en cada abrazo, en cada apretón de manos, en cada lágrima vertida. 

En un principio pensé en estructurar este escrito a partir de la figura ausente, de mi abuela, pero descubrí que no era mucho lo que sabía de ella. En una segunda etapa pensé en tomar como referencia a mi madre. Sin embargo, me di cuenta de que ella, centrada en su propia historia, desconocía bastante de lo que les había pasado a los demás, por lo cual tenía que tomar como inicio a la menor de esta familia, a mi tía Gloria, porque fue la única que permaneció en Chile, y su imagen es como un cable a tierra para todos los otros desparramados por el mundo. Veo a esta mujer como testigo de un proceso doloroso, la mujer cuya presencia mantiene vivo el recuerdo, así como las madres de la Plaza de Mayo en Argentina, o en Chile la Agrupación de Familiares de Detenidos

Desaparecidos, o las mujeres de esta historia.


Los cinco hermanos se reunieron, Mónica (mi madre), Luis, Max, Gustavo y Gloria. De todos ellos, Gloria, la más pequeña, permaneció con mis abuelos hasta la muerte de mi abuela en 1980. Quizás el rumbo que tomó cada uno de los hermanos Barrios Alvarez después del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 podría ser reconstituido a partir de los relatos de Mónica y Gloria, sin embargo más que el tiempo, la necesidad manifestada por los entrevistados, de olvidar las etapas dolorosas, llena de vacíos importantes la historia. Para tratar de suplir esto, incluyo los testimonios de otras personas que no estaban originalmente consideradas, de Marga (esposa de Luis), y de Luis, además del relato de José Miguel (mi padre).

La reconstitución de ese período está basada en los relatos de las tres mujeres de la historia, Mónica y Gloria (hermanas mayor y menor respectivamente) y Marga, esposa de Luis. Además, de manera de poder complementar sus versiones se tomó el testimonio de José Miguel (esposo de Mónica) y de Luis (hermano). 6

Cada uno de los recuerdos traía consigo pequeños retazos de historias de otras personas, y estos no han sido omitidos en la versión original aunque por razones de espacio no figuran en este artículo. Los relatos de los entrevistados se superponen, se confunden, a veces se contradicen pero esto también ya es parte de la historia que tejió cada uno, por lo cual figuran aquí todas las versiones.



LOS RECUERDOS DE MI MADRE

Pasó mucho tiempo desde que pedí a mi mamá que me contara algunas cosas sobre lo sucedido con ella y su familia durante el Golpe Militar. Nunca hubo una negativa de su parte pero, los días iban pasando y la conversación no se llevaba a cabo. Al fin pudimos quedarnos a solas, un fin de semana en que estábamos en la playa (en una pequeña cabaña que construyó José Miguel a 7 Km. de Los Molles). Después del desayuno nos pusimos a conversar, Mónica está mirando el mar, el cabello corto, negro - rojizo y brillante, un rostro agradable, atractivo. Al hablar mueve mucho las manos, y su rostro habla con ella. Durante la conversación los ojos se le llenan de lágrimas.

"Mi visión de Chile en el periodo pre-dictadura es bien pobre porque en ese tiempo yo no estaba inmersa en ningún asunto de política, ni movimiento de nada, excepto en la euforia de vivir esa experiencia que parecía tan nueva de lo que era el Gobierno de Allende con todo lo que significaba, la euforia que había en la gente joven, en los grupos... Pero yo igual era una espectadora en alguna medida de eso y muy volada a la época, por lo menos en mi pequeño mundo, que estaba recién empezando la familia con dos niños chicos era como estar jugando.

La verdad es que no me acuerdo en detalle de muchas cosas previas al Golpe, José Miguel hacia los turnos que le daban en la fábrica. Todo el mundo andaba como muy alborotado en alguna medida, habían rumores, pero ya el día 11 me acuerdo porque José Miguel hizo turno de noche y tenía que llegar en la mañana. Llegó temprano y yo salí a comprar y cuando estaba haciendo las compras se supo del golpe en Santiago, yo llegué corriendo a la casa y todo el mundo se metía a las casas para escuchar las noticias, no quedaba nadie en las calles.

José Miguel salió inmediatamente a ver lo que pasaba en la Papelera, a ver que era lo que se suponía tenía que hacer. Estábamos con unos nervios terribles, yo me quedé con ustedes 7 y después José Miguel llegó a la casa super desalentado, como que no hablábamos, nos dábamos vueltas viendo que pasaba. En eso llegó a la casa nuestra amiga Marta del hospital, también se fue a la casa y estábamos ahí esperando no sé qué, José Miguel pensó en un momento arrancarse, irse y estaba ahí sin saber que hacer, cuando llegó en la mañana una patrulla de policías en una furgoneta, fue de las primeras personas que tomaron, fue algo inesperado, ni nos soñábamos que podía pasar una cosa como esa, nos pensábamos simplemente como espectadores de lo que podía pasar en todo el país, como que le podía pasar al resto de la gente, pero que a nosotros no nos tenía por que pasar nada. 

Fue como muy violento y sorpresivo, porque José Miguel no estaba en ningún cargo ni activamente en cosas políticas ni nada y lo llevaron, tocaron la puerta, nosotros miramos por la ventana, tocaron fuerte, claro, porque bajaron con todo un aparataje. Eran como seis u ocho tipos con ametralladoras o no sé como se llamarían esos asuntos. Con eso golpearon la puerta, miramos por la ventana, estábamos con esa amiga la Marta y bajamos corriendo porque yo no podía creer y José Miguel bajó tranquilo como si le iban a preguntar algo, lo pescaron lo llevaron a tirones para fuera. Él por supuesto no se opuso ni nada, y tú llorabas y el Alvaro lloraba y no entendíamos. Un poco como que era algo irreal, no era real lo que estaba pasando, fue muy brusco muy increíble.

Ahí nos quedamos en casa sin saber que hacer, la Marta fue al hospital para ver que pasaba y no sabíamos que hacer. Yo llamé a Santiago creo a la familia y no habían comunicaciones, estaba todo como cortado y luego empezaron a moverse los jóvenes a salir con mochilas. No entendía que pasaba y era que estaban yendo a buscar a la gente que estaba arrancando. El primer día fue de mucha angustia sin saber nada, esta amiga se fue a la casa con nosotros y no sé, como que no me acuerdo mucho qué hice o qué pasaba, ni para dónde salíamos, porque era todo un alboroto, todo un despiste, las patrullas pasaban, no me acuerdo de más detalles de lo que pasó.

Esa noche Marta tuvo que ir hacer un turno al hospital, yo me quedé sola con ustedes, se durmieron, me amanecí toda la noche sacando libros, leyendo. Creo que en una noche leí todo lo que no había leído en toda mi vida, porque lo poco que se sabía es que estaban quemando en Santiago grandes pilas de todo tipo de libros y revistas, en la biblioteca se quemaba todo lo que era Quimantú que era la editorial en la época de Allende, se quemaban miles de libros. Yo pensaba que nunca más iba a tener la opción de leer cosas que no había alcanzado a leer hasta esa época y me leí todo esa noche y por supuesto no me acuerdo de nada de lo que leí, entre pensar en eso y pensar en el papá, aparte que todavía no había noticias de la gente que se llevaban. No había noticias de nada, no había una experiencia previa que dijeran que estaban siendo torturados, desaparecidos, ni nada, solamente estaban los militares que decían a cada minuto que no había que preocuparse que las personas que detuvieran, que solamente los llevaron para ver qué pasaba y que todo estaba normal. 

No sabíamos dónde estaba José Miguel, no se sabía si estaba en Laja, si se lo habían llevado, se suponía que seguían en Laja, pero resulta que no había ninguna certeza. Yo preguntaba a la policía en Laja, que era un cuartel chico. Nunca antes lo había conocido, pero ya empezaba la alarma porque había gente a la que se la habían llevado por estar en la puerta, nadie sabía para qué.
Cada día era más angustiante porque se iba sabiendo de los desaparecidos entre comillas, porque todavía no se sabía que tan desaparecidos eran y de la gente que habían matado, porque ya se sabía que habían fusilados en los mismos lugares porque supuestamente estaban arrancando. 

Entonces, a la par de eso, la situación dentro de lo que era la vida familiar y la vida en el entorno empezó a cambiar, porque ya los vecinos dejaban de saludar, empezaron a correr chismes. Había una persona que me decía: "qué bueno que se llevaron a tu marido porque habríamos muerto todos aquí o habría hecho explotar todas las casas", y yo pensaba "pero, de dónde esta gente dice este tipo de cosas".

Resulta que un día en que yo iba a la pulpería para buscar verduras, porque era el único lugar de abastecimiento que había, estaba cerrada mi posibilidad de adquirir cualquier cosa, no tenía acceso. Pedí hablar con el jefe de personal de la empresa, para ver cuál era mi situación, porque cada día que uno iba a caminar los pasos podían llegar menos lejos que antes y me iban cerrando puertas sin previo aviso. Yo quería saber porque tenía dos niños chicos y no era que me digan de un minuto a otro que tenía que desocupar la casa, porque no había nadie que avisara con tiempo.

Este tipo estaba choqueado con lo que pasaba allá adentro, era un superintendente, era como el más bueno que había. Yo pedí entrevistarme porque realmente, a la gente que estaba en una situación como la mía le cortaban todo, el me repuso el teléfono y me dijo "quédese tranquila en la casa" porque mientras él estuviera ahí se iba a encargar de que nada más nos fuera quitado y que él encontraba que si hubo una detención injusta y que no entendía era la de José Miguel. Me mostró cantidades de cantidades de folders que estaban arrimados en el suelo de su oficina y me dijo: "todos esos folders que están ahí son personas, historias de cada persona de esta empresa que se llevaron", y agregó "para mí esto es algo increíble, porque yo sé que en la reunión que hubo previa a la detención de los primeros grupos, una reunión entre militares, policías de la zona y jerarcas de la papelera para determinar a quienes iban a detener de la empresa se hizo un listado". Según esta persona, en ese listado tenían 13 personas y alguien del grupo de la papelera dijo "uh! pero 13 personas es número de la mala suerte", entonces otro dijo "bueno pongan ahí a Antezana para que no sean trece", y fue por eso que lo detuvieron.

Mis amigas Marta y Natalia empezaron a ayudar a mucha gente y nos acercamos a lo de la Iglesia porque era el único recurso para obtener algún tipo de veracidad en las informaciones, porque uno no sabía nada de nada, solamente los curas podían tener más acceso a saber. A pesar de que en el caso de Laja fue patético porque eran dos curas belgas que había y el párroco de la iglesia, que era el mayor, se tuvo que ir de Chile muy mal, muy enfermo.

Ya después en Los Angeles nos empezamos a encontrar con mucha gente de Laja y gente que era del sindicato. De los que estaban desaparecidos había uno súper conocido. Nos ayudábamos en la medida que podíamos, además empezábamos a ayudar a la gente, la mayoría era campesina y hacían colas por horas y horas para saber noticias de su gente. En su mayoría eran analfabetas, no sabían leer unos papelitos tipo telegramas donde tenían el nombre del detenido y no sabíamos siquiera el lugar de detención, supuestamente ellos buscaban y se encargaban de seleccionar y todo eso. Incluso tenían los recados que querían. Entonces, nosotros llegábamos todas las mañanas y las tardes y llenábamos y llenábamos papeles para toda esta gente y resulta que después nos vamos enterando que todos esos papeles no iban a dar a ninguna parte, que eran motivo de risas.

Nosotros, a todo esto, como íbamos en auto (en el de la doctora y la Nachi), ya éramos conocidas para los de la Cruz Roja y nos hacían pasar. Entrábamos sin hacer colas y adentro era la chacota de "dónde van a meter todo esto. No, que lo mandamos a Filipinas total lo botan en el camino" porque en la Cruz Roja estaban los militares también. Había un grupo de militares que hacía selección de papeles y cosas y nos dimos cuenta que todo eso era nada, y después de un tiempo, yo creo que debe haber sido como mes y medio o algo así, llegaron papeles reales. 

La gente se sacrificaba llevando cosas, que nadie recibía, estaba todo ahí. Bueno, a todo esto, entre todas esas idas y venidas, empezamos a recorrer la cárcel, nos mandaban de la cárcel adonde los militares. Nos decían "no, aquí no hay presos políticos", y así nos llevábamos todo el día de aquí para allá. En una oportunidad alguien nos dijo que en el cuarto piso de la cárcel estaban los presos políticos. Entonces yo me fui con ustedes, que eran chiquititos, con la esperanza de que por las ventanas, si estaba José Miguel, nos viera. 

Era un peladero todo alrededor de la cárcel y estábamos nosotros nomás. Fui con la hermana de José Miguel, con la Gloria, y estábamos caminando, dando vueltas por todo el rededor con la esperanza de que él nos viera porque nosotros no podíamos ver. Como era cárcel, en los primeros pisos habían presos comunes, delincuentes. Y entonces estos tipos se desnudaban, se asomaban por las ventanas, era sumamente fuerte y terrible y a mi me daba lata porque ustedes eran chicos. Entonces, tratábamos de distraerlos un poco con la Gloria para que no se dieran cuenta mucho qué estaba pasando y Alvaro estaba recién empezando a caminar. De pronto del cuarto piso alguien grita"a quién, por quién quieren saber". Gritamos con la Gloria juntas "José Miguel Antezana" entonces de ahí nos contestaron que sí que estaba ahí. "Si, esta aquí, está aquí en el cuarto piso, está bien" y todos gritaban para que no alcanzaran a escuchar. Eran, en realidad, presos políticos los del cuarto piso porque eran con otro tipo de actitudes. No se los veía, no los alcanzábamos a ver, pero ya supimos que José Miguel nos podía ver. Entonces hicimos que el Alvaro caminara para que vea, porque cuando se lo llevaron Alvaro todavía no caminaba.

Ustedes se movían por ahí. Tratábamos de hacer que se noten, que se vean, pero sin que ustedes supieran más o menos lo que estaba pasando. A todo esto, los guardias de unas torres, como tienen en todos estos lugares, empezaron a gritarnos que nos retiráramos de ahí, que estaba prohibido, que nos fuéramos. Entonces nos fuimos y ahí supimos que estaba ahí y nos quedamos más tranquilas, por lo menos sabiendo que estaba vivo y que estaba ahí. Además nos fuimos porque teníamos miedo de que le pegaran, porque sabíamos que los castigaban.

Después llegó la abuelita y nos fuimos a Los Angeles, porque tenía una amiga en Los Angeles. Un hermano de mi suegra era general en retiro, el tío Luis Jerez, y había sido padrino de matrimonio del coronel Reden que estaba a cargo de toda la zona de Los Angeles. Era el capo de ahí, era un tipo onda nazi de verlo nomás, daba susto mirarlo. Entonces, mi suegra apeló a él, a su hermano, para que hablara con Reden y ver que pasaba con José Miguel. Por supuesto que el hermano no quiso hacer nada ni hablar con Reden, ni mandar una tarjeta, una nota, absolutamente nada. Mi suegra se tomó la atribución de ir y nombrar a su hermano y pidió una audiencia. Costó mucho que nos la dieran, todos los días íbamos para ver si nos recibía y todos los días mientras estábamos en la prefectura de Los Angeles veíamos barbaridades.

La gran mayoría de la gente del sector eran campesinos, habían mujeres que parecían muy, muy viejas y no lo eran. Había una que estaba sentada en el suelo y pasó un tipo civil cojeando, alto, muy prepotente, y esta señora dijo "este que va de civil es un militar y fue a mi casa con una patrulla en un camión, en la noche, y se llevaron a mi marido y mis hijos y ahora cuando yo he venido todas las veces que vengo le digo qué pasó con mis hijos, porque mi marido esta detenido en tal parte y no sé que pasó con mis hijos. Se los llevaron en calzoncillos. Yo le rogué, me tiré al suelo, le supliqué que los dejara vestirse, que los dejara ponerse sus zapatillas y no los dejó ponerse nada y ahora me dijo que le muestre los certificados de nacimiento de mis hijos y resulta que voy a buscar y no existen y no hay papeles. Hicieron desaparecer los registros, las actas de mucha gente y me dice que yo estoy loca, que cuándo he tenido hijos, que me imaginé que tenía, que en ninguna parte están, que es mi palabra contra la de él. Yo sé que tengo a mis hijos y el se los llevó pero no puedo demostrarle que mis hijos existieron". Entonces, era angustiante, era terrible.

Nosotros con la abuelita le llevábamos cosas para comer, porque siempre estaba sentada ahí, como muchas otras. Finalmente logramos entrar y fue horrible, por respeto a mi suegra no los mandé al diablo, a decirles cualquier barbaridad, porque apenas entramos nos trato pésimo, no hizo ninguna diferencia porque era hermana de su padrino ni nada. Al contrario, la trató muy mal y preguntó por José Miguel, qué era, qué hacía, de qué partido político, y cuando supo que había sido comunista en la Universidad dijo: "no me hablen más nada, así que ustedes vienen a buscar a alguien que es comunista, comunista, asesino y ladrón es lo mismo, así que no tienen para qué preguntar por una persona como esta y si lo toman bien, porque bien muerto tiene que estar". Mi suegra no podía creer, se le corrían las lagrimas y yo le tomé el brazo y la saqué afuera y si no era ella y no hubiera quedado tan mal como quedó en ese minuto, yo le hubiera dicho a este tipo cualquier garabato, aunque me pescaran, porque fue tan prepotente, tan grosero.
Nos fuimos y no pasó nada, entonces mi suegra se vino a Santiago, muy bajoneada. Realmente ella seguía, en el fondo pensando que tenía que ser así porque era lógico, no podía entender otra cosa y toda la familia peleando conmigo porque no me quería ir a Santiago. Les dije que no, mientras la Papelera me diera la posibilidad de quedarme en la casa tenía la oportunidad de seguir viviendo independiente. Dije que no sabía qué pasaría con nosotros en el futuro, si íbamos a depender del resto de la familia, ir de allegados a alguna parte, pero que mientras pudiéramos hacer nuestra vida, y sobre todo estar cerca de José Miguel, de alguna manera, era nuestra única esperanza de saber algo.

Empecé a relacionarme con el cura más chico, que antes nunca estaba. Yo le digo el más chico porque era menos importante, no lo conocía de antes porque ni siquiera iba a la iglesia. El nunca se había metido en cosas de política, era belga también, pero a partir del golpe este cura, Guido Peters, empezó a meterse con los grupos de los jóvenes, a ayudarlos, a tratar de ayudar a las familias que estaban mal, porque todo el mundo les empezaba a cerrar las puertas y entre todo el mundo estaba la familia, porque todos trataban de no correr ningún riesgo. Entonces, este cura empezó a meterse cada día más y de esta forma lo fuimos conociendo, empezó a visitarnos, nos juntábamos con la Marta y esta amiga evangélica también y se empezó a desarrollar como un grupo.
Este cuento de ir a Los Angeles era muy bajoneador porque todos los días veías esta cosa injusta, incluso el nivel social de la gente que atendía, los que estaban en las colas y nunca teníamos la certeza de dónde estaba el papá. Un día cualquiera llegamos a la Cruz Roja como a las tres de la tarde, había una tremenda cola, ya todos nos conocíamos y alguien dice "a ver, espérate un poquito, a ver" y empieza a mirar alguien de la Cruz Roja que no era de la cola "parece que por aquí estaba" y yo decía "pero quien". 



Los días anteriores habían salido algunas personas que estaban detenidas, familiares de los que estaban en las colas, y esta persona me dice "parece que tu marido salió hoy". "¿El mío?" le dije, "no te puedo creer" y me vino una desesperación terrible. Y de repente empezaron otros y decían "salió un grupo de tres personas de Laja y estuvieron aquí, los trajeron por aquí pero no sabemos quienes". Entonces, en eso, alguien de la cola me dice "mire allá, al medio de la calle, de esos bandejones con árboles", lejos, como a dos cuadras, se veía un grupito de personas, y este hombre me dice "ese grupo que está allá, ese hombre es uno de los que salió" y yo me fui corriendo y le dije disculpe y le pregunté si había salido esa tarde, "si" me dijo, "¿usted conoce a José Miguel Antezana?", le pregunté, "¿habrá salido con usted?", "sí, sí salió conmigo". Yo no podía creer, entonces llamé a la casa de unos amigos de Los Angeles que eran amigos de la familia. 

Ahí estaba José Miguel, pero super mal, muy, muy asustado, flaco, flaco y con el pelo largo y muy, muy mal. Entonces no quería que se junte nadie, que nadie vaya a la casa. No podía irse a Laja porque tenía que firmar todos los días un libro en Los Angeles, y no quería que nadie fuera, que no llame a nadie porque le habían hecho una simulación de fusilamiento antes de salir y no podían juntarse con nadie.

Entonces yo partí a Laja para buscarlos a ustedes e irnos a Los Angeles y no podía creer. Era una sensación terrible de angustia, porque no sabíamos si estaba bien o no. Llegué a Laja y me acuerdo que alguien nos llevó, creo que Raúl, para irnos y tomar lo necesario y partir para allá. Yo llego y en esto estoy guardando las cosas para irnos, pero viene Manuel que era el marido de la doctora y yo salgo corriendo a encontrarlo. Le doy un abrazo fuerte, tratando que las demás gentes de las casas no se dieran cuenta, le digo "José Miguel está libre, está bien y nos vamos", entonces partimos, pesqué todas las cosas y partimos.

José Miguel estaba medio traumado al principio, no decía nada. Apenas sentía un ruido de algo llegaba a saltar y no hablaba de lo que pasó tampoco. Estaba aterrado y pasó como 15 días firmando cuando llamó Pedro, su hermano, y le dijo que no vaya a firmar más, que era un riesgo más bien que lo dejaran allá adentro, y era una angustia para todos nosotros. Todos los días que iba a firmar íbamos con él y cuando él se bajaba a firmar era un susto que entrara y no saliera más. 8

José Miguel no quería, no se atrevía a nada, pero lo convencieron igual y nos fuimos a Santiago, sin aviso, sin ninguna cosa. Pero en esa época igual tenían el desbarajuste de todo 9, que al final nunca se supo si lo buscaron. Esto fue como en diciembre. Entonces José Miguel dijo "nos vamos de Chile". Como la única posibilidad real, cercana con algún contacto era Bolivia, mi suegro decía "quédense un mes ó dos más para que planifiquemos y ver algo" y José Miguel dijo "no, es ahora mismo", porque siempre estaba asustado. Así que partimos así y fue buen momento, porque a lo mejor después no hubiera resultado, porque de ahí las cosas se empezaron a poner más controladas, tomaban a la gente en las fronteras.

Cuando nosotros salimos todavía había un alboroto, nos fuimos juntos y nos fuimos sin los niños. Se quedaron con mi mamá y yo alcancé a estar muy poco allá y me vine a buscarlos. Antes de un mes ya estaba de vuelta para buscarlos y quedarnos allá todos. Pero en lo que era mi vivencia y la realidad, aparte de todo lo del cambio de vida, de repente de vivir en una burbuja en alguna medida se cambió la película completamente, porque también estaba el tema de mis hermanos por un lado y la situación de mi mamá, que igual estaba conmigo pero estaba angustiada por mis hermanos porque no sabíamos si mis hermanos estaban vivos o no.

Cuando yo volví a buscar a los niños, estaba donde mi suegra y teníamos una pieza que tenía salida al garaje. Mi hermano, el que era buscado 10, apareció una noche. Estuvimos toda esa noche juntos pero nadie sabía que mi hermano estaba ahí, porque sino les daba ataque, porque les daba susto. Antes del toque de queda él se iba y yo no quería que se fuera. Y todos los días me quedaba con una angustia y unas ganas de llorar terribles, porque él se iba justo cuando quedaba poco tiempo para caminar en las calles y no tenía donde ir, pero no se quería quedar conmigo para no comprometernos y meternos en algún problema. Era horrible, porque yo no sabía dónde iba a alcanzar a llegar en media hora o en una hora. Todos los días cuando se iba yo pensaba que era el último día que lo veía.



Él era muy tranquilo y me daba seguridad a mí. "No te preocupes flaca, han estado a punto de pescarme miles de veces y no me han pillado y no me van a pillar" pero un día, a los cinco minutos que había salido, vino una ráfaga de fuego terrible y yo pensé que lo habían matado y me lo lloré todo. Al otro día, yo llamé a este cura, al Guido de Laja. La Iglesia, en forma de castigo por haberse metido mucho políticamente con todos los detenidos lo sacó de Laja y lo mandaron a La Legua, pero como castigo. El al comienzo no quería, estaba muy, muy mal, porque él trabajaba con la gente joven a nivel de Iglesia en el Sur y no quería dejar a toda la gente que ayudaba y estaba con problemas. Se tenía que ir a una población que le habían dicho que era tan mala, llena de delincuentes y el no conocía a nadie y no se quería venir.

Irresponsablemente fui a la legua unas dos veces. No había problema para ir, siempre y cuando no estuviera controlada de afuera. La gente de La Legua era todo una porque esta gente se salva así, en comunidad, y Guido entró de prepo a ayudar a todo el mundo. Además ahí la cosa fue tan dura que había casi una población de puras huérfanas y viudas porque liquidaron a casi todos los hombres. Eso funcionaba en un círculo super cerrado.

Yo creo que me subía a la micro y todo el mundo sabía que iba a ver a Guido y era de alguna forma parte de ello y ellos a mi no me tocaban. Lo protegían más bien, protegían al cura y a todos ellos. Después vinieron los desaparecidos de La legua, los torturados, los de la agrupación Leopardo que salía en todos los periódicos. Supuestamente iban a matar y hacer volar casi a todo Santiago con los cables de alta tensión y que tenían facsímiles en el Mercurio con firmas y letras y resulta que estos tipos eran analfabetos, uno tenía un retardo. Entonces era todo pura mentira y Guido se las jugó con todos ellos.

Guido se quedó con nuestros muebles y con hartas cosas, porque las compró para la iglesia, porque tenía que habilitar a esa casa parroquial, como una forma de ayudarnos cuando teníamos que irnos. 

Yo fui ahí a buscarlo, a contarle de mi hermano y pedirle que por favor hiciera algo, que mi hermano no sabía que yo estaba hablando por él y no sabía si lo iba a ver de nuevo, si estaba vivo o no, porque en la noche sentí esos disparos, pero que yo me adelantaba a preguntarle si había alguna posibilidad para él, para ayudarlo a salir del país y que yo iba a hablar con Luis para proponérselo. Este cura me dijo que era sumamente difícil, que a través de la Nunciatura había sacado gente, pero que había allí mucha gente que era de derecha y no tenía ningún interés por hacer algo, ni por ayudar a estas personas.

Al día siguiente apareció Luis. Para mí, cada vez que lo veía era como que resucitaba de nuevo. Estábamos en febrero del 74, entonces ahí le conté a Luis y él me dijo que solamente hablaría con él, pero que junto con él tenían que salir otras personas de su grupo, porque ya habían liquidado a muchos y quedaban como veinte y tantas personas y que salían todos o nada. Ahí se complicaba mucho todo, si era difícil sacar a uno, a veinte y tantos era mucho más complicado. Entonces, yo fui a hablar de nuevo con Guido y le expliqué, me entrevisté yo con él y fue difícil que se pusieran de acuerdo porque finalmente Luis manejaba más la situación que Guido y pedía más seguridades de control.

Tampoco se avanzó mucho, porque este cura me contaba que en vez de que sea él quien entrevistaba a Luis, era Luis que entrevistaba al cura y se aseguraba de con quien estaba hablando y quien era y en resumen no le contó nada. La salida se fue afinando en más tiempo y finalmente tomaron por asalto la Nunciatura, porque el Nuncio no estaba de acuerdo absolutamente para nada con ellos. Y él se las jugó por tomársela junto con ellos para que los aceptaran, porque si no los iban a entregar a la primera.
Nosotros nos fuimos antes a Bolivia, antes de que salieran ellos, estando ya allá me enteré, porque fue todo un escándalo que salió en los periódicos. Fue contra la voluntad de la Nunciatura y además tuvieron que negociarla de tal forma que los que salieron nadie sabía quienes eran. Aquí entra todo ese cuento del convenio que había con Argentina y estos países, porque ahí en Argentina murieron casi todos los que se salvaron en Chile o se escaparon. Sólo vivieron cuatro y dos de ellos en muy malas condiciones, porque estas personas fueron muy torturadas aquí en Chile y estaban psíquicamente muy, muy mal porque entraron directo en Europa a estas instituciones mentales. 11

Luis y el hermano de la Marga se salvaron, y Julio, uno de Casablanca. Julio quedó muy mal, muy mal de todo porque él nunca pudo tener hijos, psicológicamente mal y otro que creo al final no sé si murió, no sé si se suicidó. Eso fue toda una larga historia, lo que significó para ellos, para la Marga, en Argentina, clandestinos, en lugares donde no tenían luz, ni agua ni nada, escondidos.

Nosotros ya en Bolivia nos desentendimos un poco de todo esto, porque en Bolivia las noticias apenas llegaban. Entonces quedamos desvinculados. Además, allá las conexiones para todos lados no se dan con tanta facilidad y algunos que llegaron a La Paz fueron reprimidos y buscados, pero como nosotros estábamos metidos más adentro no pasó nada.

Max estuvo preso en Viña porque, a todo esto, para poder pescar a Luis había que torturar y buscar. Si no pudieron con mi papá había que buscar al resto y al resto para poder atraparlo. Entonces en este cuento pescaron a Max, porque él vivía justo al frente de una comisaría. El vivía con la Paty, estaban casados, y ella le decía "no te preocupes porque la policía me conoce desde que yo nací, así que no nos van a venir a buscar aquí y no te van hacer nada de nada". Los dos eran igual de izquierda, luchaban y andaban con periódicos, vendiendo revistas, qué sé yo, pero eran demasiado lolos. Max era un flaco chico con cara de guagua y ella estaba muy confiada como tanta gente diciendo "no, si los carabineros son seguridad para nosotros y además nos conocen de toda la vida". Y los mismos que la conocían de toda la vida fueron los que llegaron un día y les allanaron todo el departamento. 12

Esto debe haber ocurrido en noviembre no sé, porque ahí yo estaba demasiado metida en lo nuestro, José Miguel estaba preso, Ely 13 te podría decir, pero a Max lo pescaron, lo tuvieron preso y también le hicieron la simulación de fusilamiento. El dice que estaban metidos no sé cuantos en un bañito o una pieza como de un metro por un metro, con los brazos en alto porque no podían bajarlos, porque no había espacio para moverse y de repente los llamaron a Max y a un marino. Los iban a interrogar. Pensó "aquí sonamos". Se los llevaron a otra parte, y este tipo les dijo "los voy a sacar por la playa apuntándoles frente a todas las tropas de afuera y ustedes caminan y cuando yo les diga arrancan y arrancan sin mirar atrás y arranquen, arranquen y se pierden. Hagan lo que sea pero se tienen que perder de todas partes".

Entonces, Max dijo "sonamos, nos van aplicar la ley de fuga". Y salieron apuntados con las manos arriba por todo el recinto militar a la playa y de repente este tipo dijo "arranquen" y Max dice que no quería arrancar y el otro tampoco. No hablaban nada pero sabían que al primero que diera el primer paso le iban a disparar y el tipo dijo nuevamente "corran tales por cuales". Entonces, no les quedaba otra, porque igual les iban a disparar. Empezaron a correr y Max dice que no tiene noción del tiempo, lo único que sabe es que corría y corría porque no podía creer que seguía corriendo y siguió corriendo. El tipo realmente los salvó, nunca supo quién era ni nada y ahí quedó muy asustado.

Después lo trajeron en un camión frigorífico a Santiago, porque a todos los vehículos los abrían en el camino, pero a esos no. Yo me acuerdo que estaba tratando de vender nuestras cosas, José Miguel estaba en Bolivia y yo estaba vendiendo nuestras cosas para tratar de juntar algo de plata. En esa época no tenían ni un veinte y yo tenía, creo, que cinco dólares, ya había vendido algo y le compré un moisés transportable para su guagüita y ropa y le dí los dólares que le pedían supuestamente para el aeropuerto. Lo fuimos a dejar y me daba una pena terrible porque era además como transparente y chico. 

Partieron así, sin saber a donde, con una guagua chica. Sabíamos que a Argentina, pero esto era un punto de paso porque era una trampa mortal. A todo esto, Max se fue antes que Luis, claro, porque de ahí Max salió rápidamente. Estuvo en Argentina no sé que tiempo, creo que un mes en una casa muy grande donde estaban todos los chilenos amontonados, ahogados, asfixiados porque todos fumaban el mismo minuto, guaguas, mujeres, niños todos juntos. 

Entonces, en una de esas, presentando papeles fueron aceptadas como cuatro solicitudes para irse a Rumania. Max estaba fascinado porque podía irse. Y cuando llegó a Rumania y le dijeron que ese era el país de las flores y de los niños creyó que estaba en el paraíso, pero eso no le duró nada, igual fue duro, porque la misma gente de izquierda que estaba en el país no era solidaria para nada. Los dejaban fuera de todo, incluso entraron a una fábrica a trabajar y no les dejaban hacer nada. Hacían todo el trabajo que podían y más para que ellos no hicieran nada.

Fue Max el que sacó realmente a Luis de Argentina como un año después más o menos, cuando ya a Luis lo iban cercando en Argentina. Max se pudo ir a Suiza ya separado de la Paty. Estaba siempre metido en la política, tenía amigos en la ONU y a través de ellos lograron sacar a Luis de Argentina. Luis llegó directo a Suiza, yo creo que con más personas, porque la idea de Luis era de grupo, así que él no se salvaba sólo, no le interesaba.

Gustavo estuvo escondido en casa de familiares porque era más chico, pero no estaba en la casa tampoco y después no tenía más nada que hacer como mucha gente, sin futuro, sin perspectivas ni nada. Entonces nosotros con José Miguel pensamos que podíamos darle una mano y empezar allá, en Bolivia, y le mandamos pasajes, debe haber sido el 74. 

Gustavo vivió con nosotros y bueno, para él no fue fácil, andaba muy perdido en todo porque él sí que nunca tuvo que ver en política, andaba en otra. Así que para él fue muy duro, porque además se sintió sin sus hermanos, escondido, perseguido sin saber ni de qué; conflictuado con mi papá, porque mi papá tenía muchos conflictos, porque no podía ver a los militares ni a la gente de izquierda y de repente se encontraba con que sus hijos se las habían jugado por cosas que él no conocía. Entonces era una catástrofe la cosa de la familia y a Gustavo le afectó mucho todo eso. Y llegó allá, a un lugar que en el fondo no tenía nada que ver con él, a hacer cosas que él no había pensado hacer y no se sentía motivado. Trabajó un tiempo en yacimientos, podía haber hecho muchas cosas porque lo aceptaron bien, pero no era lo de él 

Aquí cierro esta historia, aunque éste es el principio, el inicio de todas las otras historias que se enlazan a esta. La historia de un país. Mi historia.


Notas

1 Este trabajo fue presentado por la autora a la Escuela de Periodismo de la U. de Chile para optar al título de periodista.
2 Afiche de la Agrupación de Detenidos Desaparecidos.
3 Ella es Gloria Elizabeth, pero en la familia la llamamos Ely.
4 "La Historia Oculta del Régimen Militar" Memoria de una época, 1973 - 1988. Ascanio Cavallo, Manuel Salazar y Oscar Sepúlveda. 4 Editorial Grijalbo. Primera Edición septiembre de 1997.Op. Cit p.47
5 Golpe de Estado que derroca a la presidenta María Estela Martínez, viuda de Perón (24 de Marzo 1976), el Teniente General Jorge R. Videla es designado presidente.
6 Las versiones masculinas no figuran en este artículo.
7 Se refiere a mí y a mi hermano Alvaro.
8 Aquí hay una diferencia en los relatos en relación al tiempo que estuvieron en Los Angeles.
9 Esto coincide con el relato de Marga, quien cuenta que en esa época no estaban muy ordenados los procedimientos, no se tenían nóminas de las personas que no podían salir del país, o que eran buscadas.
10 Se refiere a Luis
11 Esta información no coincide con el relato de Luis y Marga. Ellos estuvieron en Argentina y aunque relatan que supieron de muchos a los que habían detenido, no fueron muchos los que fueron asesinados allá. Al menos del grupo de gente que conocían.
12 Esta versión coincide con la de Gloria pero es distinta a la de Luis y Marga, quienes afirman que tomaron a Max en una redada y lo tuvieron unas horas detenido, dejandolo libre a continuación.
13 Todos los hermanos llaman a Gloria por el diminutivo de su segundo nombre, Elizabeth.

No hay comentarios:

Publicar un comentario