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RELATO



EL LIBRO INDECENTE DE LA MUERTE

Autor: Francisco Medina Cárdenas


A

Extrañamente un ritual se suscita en el reino del día de hoy y estalla con todos los brazos del viento como una señal confusa de uno y de otro en la vida diaria. Quizás un tributo que se exprime de aquellas nubes verdes que yo acostumbro a mirar: advirtiendo una caravana de corrientes metidas en la montaña. Quizás las curiosas estaciones reclaman sus elementos y traiciones desafiando así el porvenir de aquellos filósofos que exitosamente cuidaron cada mañana con los ojos en las piedras desnudas. Tengo mis ideas históricas: se filtraron grandes árboles de capas duras e inexistentes en el color de aroma de aquellas cenizas que dejó la fuente natural. Observa como las aves del cielo enfilan adiestradas como fieras pequeñas en bandadas militares: aquella vez fueron maravillosos incendios que explotaban en el aire a sangre y fuego...Fue algo creciente que no estaba en la aventura de aquellos ojos esa madrugada con estrellas eran como los siglos de minúsculos instr. mentos mágicos. Eran los timbres, las noticias, los teléfonos, eran asesinatos lúcidos, fatalmente. Espera, dijo el jovencito: déjame que te pinte una vez más la escena (desapareció por un instante, regresando ahora con sus armas de colores, se trata de un pincel para los trazos, una paleta manchada cuatro frascos para los matices y un lápiz de grafito). Él trataría de pintar las tramas del infinito con el furor metálico de las ilustraciones. Él trayendo lo innombrado con los hallazgos del ojo como si fuera la primera vez: temía que alguna aguja o telaraña fuese a perturbarlo con su sombra amenazadora. Pronto la dinámica de los pinceles fue mostrando los problemas de la calle en su espíritu coreográfico con una hipótesis impresionante. Entre tanto sus manos iban registrando aquel patético boceto: la luna con sus caracoles petrificados trayendo los amarillentos exilios. Me advierte preocupado el cuento de la radio con cada jornada opositora despotricando las torturas y de las raíces nómadas que traen las horrorosas miserias del tiempo más allá de los cinco sentidos: él trayendo los conceptos abstractos de las calles con sus esqueletos básicamente muertos: tiene delante una arquitectura de sonidos con sombras que solo saborea gotas de agua que salen de alguna parte.

(…) dejemos todo esto abandonado: mira que las estrellas andan corriendo en un galope misterioso y, Súbitamente ¿Qué está sucediendo: cuando, desde las alturas las palomas observando esas móviles sombras: parecen fusionarse con los espacios de la calle: tenemos veloces infiernos, Oye, espera, le preguntó: Quiénes son esos y, otra vez, Vámonos: Ese callejón es más seguro porque el cielo no es un lujo. No no no, Somos testigos de algo que parece espeluznante: Pero, en la ciudad los espejismos brotan como callampas. Claro que nosotros así como estamos no podemos hacer nada: ese caudal profundo de sombras y tortugas ninja están sin texturas. Oye, por favor guarda silencio, le dice, Cállate: confieso que la vida ya tocó fondo. Vienen por allí dos vehículos engomados: Si si. Ya diviso sus orillas, su propio movimiento: Se esconden ellos en las entrañas de aquel extraño amanecer: quieren madurar un gran dolor: Se abren todas las puertas negras: Son tantos palitroques, que se desean siendo dioses: Semejantes a una buena película de contrabandistas: tal vez algunas tentaciones: Descienden muy olorosos varios tipejos caraduras que se derriten en los colores: Pero, Si si, Están sacando a alguien a tirones como una descarga de fusilería: Arrastrándolo…un fardo de ropa sucia: un constante juego ofensivo… No lo sé, Hoy mis ojos de pintura no me acompañan mucho porque, Yo veo a uno de ellos (un objeto verde como un demonio) Ese caradura es algo flaco, moreno, de pelo bien crespo, tiene pequeños bigotes: Ahora el tipejo ca davéricamente levantando una voz chillona que parece de astilla, quizás un nombre vacío No lo sé Seguramente está dando instrucciones más allá escupe viene después No lo sé, Él, quién, dime algo, Creo no equivocarme, Ese hombre aflautado verdaderamente es el jefe con su engominado acento guachaca. Babea como una pelota, su cuerpo. Los atigrados adolescentes refunfuñando y oteándose uno al otro y dándose señales preocupantes, ellos con la agitación de sus ritmos cardíacos allí se encuentran en un hito casi inexistente. “Ellos se acoplan a cualquier cosa de lka muerte”. Espectáculo. Circo Negro. Avenida Las Torres con Santos Medel. Ufff. Amigos.

La populosa Comuna de Pudahuel. Lugar de los lloros, Y de tantas sangres con imitación de contrastes.

SeÑoR sEñO …auxilio…alguien…

(Ella un ser tan triste en ese momento con sus carnes apelmazadas buscando tantas llaves inservibles.

(Ella con sus ojos de agua seguramente que no quiere continuar respirando en este tremendo vacío)

ALGUIEN está viéndome, grita…y su cabeza soportando y gira en un ángulo como una goma fría

Alóóó…CUÁNTOS me escuchan…se pregunta por cuarta vez moviendo sus ojos enloquecidos

Mientras los insectos apretujados y tan caraduras continúan lamiendo ese exquisito manjar rojizo fuerte Ella sintiéndose como en un precipicio y con sus huesos rotos y la mirada perpleja en otra dimensión

Soy una míSERA mujer…(ella pensando) vengo con los malos espíritus de mi pasado verde luna

Van arrastrÁndoME…canallas… (ella así no más murmuran los adolescentes en el mirador)

Parezco una espuma fuera del agua…exactamente un bulto muerto y una boca le habla

Ella dudando bajo la noche fría fuertemente tanto rumbo al cementerio ambulante

Si si Quizás sea un monigote esos de plástico todos disparando sus pelotas Ayyy

Oiga… Ella se llama Margarita… la señala con una voz saladamente buena

Allí ese día la muestra orgullosa, la mujer se encuentra muy nerviosa,

Mi querida madrecita una mujer valiente con su respiración acelerada.

Ella me contempla con mi blusa color marengo puesta por un momento, quizá llora…

Ellos los caraduras se infiltran en mis arterias y van carcomiéndome con sus zapatos de goma

En sus mentes hediondas se recuerdan de algunos cuerpos, Ahora los gorilas con sus pellejos y disfraces, Ellos apareciendo en los diarios opositores los mafiosos haciéndole a la muerte con sus bluyines.

Ellos con sus uniformes ensangrentados con morisquetas a las multitudes democráticas

Ya me violentan estos fundidos autómatas con un nuevo ritmo afro tipo DINA

Observamos como van golpeándola con esas terribles macanas de plomo

Mientras tanto los rictus de sus caras se descuelgan en el espacio,

Pronto Ellos alucinándose con ese ritual de la violencia

Y descubro una luz amarilla en la yema de mis dedos

Mi rostro lleno de hematomas, Siento la voracidad animalesca Y los hilillos

Claro, La memoria Tambaleando Y trajinando Y en algún punto negro,

Mi cara es una máscara griega

Y que va amoldándose a mis dolores,

Descubro Allí con el Héctor y con mis otros dos hijos pequeños,

Y en sus ojuelos preocupados por su madre,

Hoy están llamándome…

Reconozco esas voces enronquecidas…

Todavía no regreso de este maldito paseo sin retorno,

Ya nada puedo hacer,

Quiero estirar mis lágrimas…Si Pierdo otra vida

Quiero borrarme de este paisaje Con los dibujos de esta encrucijada.

Y en mi pieza Allí una vez más Cada mañana Están llamando las Víctimas con Radio Cooperativa explotando el dial con las noticias de los muertos…

B

En su adormecimiento por una oleada de minutos ella sustantivamente encerrada en sus oídos, Tráfago de

Ella rememorando una y otra vez a su familia, Y nosotros aquí arriba supimos mucho después (,,,)

El tiempo es un fósforo y pitea la crueldad, pero se pregunta, Dónde estarán anotados tantos pensamientos,

Si, amiga mía, esa compleja estructura relojera de adornos corporales dándole datos increíbles cuando, No,

Yo creía que ya había olvidado nuestras miradas y nuestros espacios, Cuando se despertaron mis recuerdos.

Espera, mujer y lo anota en su voz, mirando en la distancia a su Quico, Ella anónima con cierto misterio,

Recuerdo. Vamos a comprar sopaipillas en el almacén del barrio Y una entusiasta pregunta que él asiente con una amplia sonrisa, Luego él está contándome sus sueños de justicia que se atraviesan por su mente, también esos voraces sueños de adolescente y cuando el compañero Allende tuvo que saciar al pueblo, Mientras avanzamos tranquilamente e insaciables por una calleja del populoso barrio Lo Ovalle Pronto Se quedaron casi congelados en un enfermizo silencio hasta llegar de regreso al lugar. Un viento de calavera.

La señora Margarita Muñoz les abre la puerta, tiene en su rostro algunas preocupaciones, en seguida está pidiéndoles que no metan ruido. (Ellos cuando no existía nada uniforme con las invenciones del mundo)

Ella sabe que está sin zapatos y sus ropas terriblemente lacerantes Ella de nuevo metida en sus sueños como

Está viendo a los niños, Ya duermen Y con su cabeza fría Y está segura que no sale de aquella ratonera Pero Llegan a su memoria cuando Mira Como Golpeándola Ohh Qué terrible… Ellos los adolescentes

Ella Ese día está contenta por varias situaciones, Asiste con cierta curiosidad a una peña de la población.

Escucha de los cantautores varios cánticos populares explosivos, eléctricos y rebeldes que van entrando y saliendo por las orejas y, Ella ahora se quiebra como un jarrón de porcelana, Si, Tienen en sus manos los vasos del vino tinto y las empanadas caldeas Y dE pRronTO Brota una tonada y Salen varios al ruedo para bailar la cueca movida y el grosso cigarrillo con sus volutas azules tragándose las moléculas de seres insignificantes y,

PERO ELLA CON FUERZA TRATANDO DE HUIR DE AQUELLOS FANTASMAS… Por supuesto, Cada uno de los presentes en la Peña de los González trabajándole al lenguaje de las víctimas, Sabiendo ella y ayy qué de recuerdos mi amor y ella soltando un suspiro y de tantas cosas horribles cuando,

Fue con la Dictadura Militar cuando crearon la DINA con el siniestro coronel Manuel Contreras a la cabeza con el exterminio de la izquierda y ella continúa con sus polvorientos pensamientos Y ahora todos se encuentran un poco nerviosos y sonríen algo tiritones Quizás sean las garras del frío y entonces persisten metiéndole harto fuego a la chicharra del blábláblá… Es la neblina espesa apoderándose de la mismísima sombra de cada partícula de su cerebro, pensó largamente, Y otra vez las bocas de los cantores dándoles tantas ínfulas a sus pulmones, Y ella claro que ya se había olvidado del tiempo, Y se prolongan las guitarras como genuinas alarmas de la tierra y aquellos hocicos olientes a madera fresca emitiendo sus señales atercio peladas Allí En el fondo de la oscuridad rebuscando ella ciertos resplandores con las señales invisibles (…)

Hoy con sus retinas bien abiertas Ella se encuentra introducida en aquellas clases, Encuentra que fue una bonita idea traer esa escuela de modas a la población, piensa en el ruidoso suceso para todas esas mujeres, Si, Justamente aprendimos entremedio de nuestra pobreza a hacer blusas, faldas y otras cosas para nosotras y a nuestros hombres les hicimos camisas, pantalones y chaquetas, etcétera,

Quiero mover mi cuerpo y continuar batallando con mis vecinas y mis amigas me felicitan por algunas ideas afines pero, si si la profesora una chiquilla madre soltera que sigue hablándome de otros planes para el futuro y sus ojos dilatándose…

Ohhh Con horror descubro el delantal de su cuerpo que va extinguiéndose (…)

De improviso, apagamos la luz del dormitorio. Por allí nos rodean las voces del mundo exterior

Vi en las mandíbulas negras como si fuese un sol oscurecido en algún ángulo,

Antes de dormirse, mi esposo Quico comentándome la gran protesta que hicieron cerca de un callejón, Tengo que abrir los ojos con mayor sensibilidad y, Ella claro que oía la respiración a su hombre pero…

Mi amor, dijo y era una voz de falsete, Estaban casi todos los vecinos y luego añade en su conversación e incluso le relata que habían varios jóvenes con sus padres y éstos adolescentes hicieron de soldados,

Y él semejando una estructura viva y solidaria y siempre respirando y ahora se cruzan sus miradas,

Vi también algunos niños en la lejanía con sus imágenes semejando los pequeños simios del zoo

Y empezó a surgir el fuerte humo de los neumáticos y ellos en un tropel de la periferia,

Si si Todos eufóricos con aquellos cilindros de caucho que estaban ardiendo y quejándose

E implorantes chirridos acuosos con palos con trapos con diarios y con montones de ramas secas

Y entre las llamas se escuchaban cánticos y la fatal humareda y vaya que iba tapando el lenguaje,

Allí ella oyéndolos pegada a su cuerpo y entre saltos y gritos de guerra y en la calle popular sonoras ideas

y llegó la famosa Radio Cooperativa y ya a estas alturas nos daba la impresión de un campo de batalla,

Sí, es la pura verdad, él dice, igual a una película que había visto un día en la televisión, no se acuerda

ni del canal menos del título, Quizás los personajes cinematográficos eran de color tipo azabache y,

ellos coludidos destrozaban las vidrieras de los almacenes y, llegando la policía antimotines

en sus caballos y vehículos todo terreno fueron arremetiendo contra los manifestantes,

Y ella a medida que iban pasando las horas allí notaba la diferencia en ese cuchitril,

Allí una vez más respirando profundamente, todavía sigue la revuelta de los pobladores,

ellos casi en las lágrimas están pidiendo paz y democracia y,

Ahora ellos dos están abriendo sus párpados

Y escuchando desde sus entrañas algo tan extraño

De muy cerca voces quejumbrosas de los que huyen y

Los brutales caballos de la policía y jeeps de los militares

Destrozando a la muchedumbre en el pavimento de las calles

Y ese tableteo de las balas escupiendo sus maldiciones de plomo

Incorporándose en la cama, la María Loreto y el Quico con las manos cogidas,

El aire de la noche larga que desea introducirse por las rendijas de la muralla y,

Les llega el ruido de las botas de aquellos carabineros del Grupo Móvil

y los rabiosos bocinazos que emiten exploradores y pinochetistas

y se escuchan tan de cerca las amenazas de los verdugos y,

Claro, clarito esos son bravos estampidos de armas de fuego

y aquellos en el suelo los furiosos gritos de los heridos,

Ahora traen a sus mentes la María Loreto y el Quico

imágenes en blanco y negro de dos niños muertos

Allí descubrimos los cadáveres tirados en el barro.

Ella desconcentrada enfrentando nuevas agresiones

Y los adolescentes desde el cielo pendientes de cada cosa

Como pensar en algo, no lo sabe, quiere olvidarse de todo

Y en su pierna lleva alojada una bala, pero, quién lo hizo, Él, quién, se trata del más macho de los cobardes en un arrebato de furia cuando,

Allí con la carne destrozada sopesa su derrota de mujer, haciendo un ademán característico

Ahora está observando las maravillas de tantos delitos de aquellos delincuentes de uniforme

No soy la primera en tener tanto sufrimiento

ELLA TAN ENVEJECIDA FRENTE A LOS CRIMENES

¿acaso seré la última mujer asesinada en este desploblado?

Ellos los agentes del estado cursando apuestas

Yo trato de conciliarme con la chorrera de visiones que irrumpen con sus olores aquí en el cadalso

Y ella en sus incertidumbres

Y ella mirándolos a los ojos Y de pronto creyó ver un vestido blanco,

Y recuerdo clarito

Y fue a mis ocho años de edad Y fue mi Primera Comunión

Y la fiesta de una niña

Todavía en mi trompa de Falopio

Y escucho el retumbar de las risas de mis padres y allá mis hermanos

Y el cura con su voto de pobreza y sus prédicas sociales y él dichoso hablando de Theillard de Chardin

Y las felicitaciones de mi numerosa familia porque era una mujer en el redil de las consagradas PERO…

Allí las bestias trabajándole a mis huesos

Y allí descubro las carencias psicológicas

Y sus infancias rotas

Ohhh Otra vez mis carnes rompiéndose en mil pedazos,

Y sus alientos fofos

Y sus rostros amarillos

Y varios golpes de puño

Y estos maricones de siete suelas Y sus malolientes risotadas

Y sus vidas

Y ellos los muy caraduras meando en cada árbol Y se cubren sus cabezotas rapadas con algo negro,

Y yo una mujer de pueblo Y con tanta mala suerte Y murmurando muchas cosas entre mis dolores,

Y hoy quise otras ofertas Y otras alegrías Y mis entresueños se frustran Y ya pronto me voy a morir

Y es mi espantosa agonía aquí en las torres de alta tensión Y ya no me falta nada para mi asesinato

Y ya sé ubicar a las bestias del regimiento Y ellos jugando a las muertes Y sus propias familias

Y qué alivio señores de los cementerios

Y ellos que están guardando todas esas voces vacías.

C

Ella caótica se yergue y ferozmente echando su cabeza a un lado cuando huele toda la soledad que va metiéndose en sus catastróficos y ellos los hampones anfitriones con sus aguas sucias dándole la noticia al mundo cuando la Radio Cooperativa corrobore en la pauta informativa de su acribillado cuerpo

-Oye, dice uno con el ojo tuerto, tú podrías imaginarlo y otro metido en su camisa azul como aquellos animales de hormigón olientes a cebolla en escabeche Todos con los bolsillos llenos con los billetes que fabrican en La Moneda y todos riéndose hace un rato de sus propias desfloraciones.

Son los primeros socios que se anotaron ese día en el regimiento para estas aventuras de la muerte, dicho de otra forma en los parámetros de los disfraces y con el dedo índice en los labios pide silencio, seguramente dirá un cierto discurso y se recuerda el uniformado como en aquella fotografía, allí tuvo que discursear como comandante de derecha en patria y libertad, Si, cuando el mentado pablo rodríguez le pedía que hiciera algunos trabajitos a nombre de la araña,

-Bueno, recuerden que somos las personas juramentadas del Ejército de mi general Pinochet y que férreamente integramos la nómina de la Brigada Mulchén.

Ella escuchaba con asquerosa ventilación la maldita respiración de cada uno de los perros pero, sabe que se encuentra en medio de un camino solitario, Quizás alguien esté mirando sin atreverse a delatar su cuerpo, ella mira para todos lados sin atreverse a subir la cabeza.

Le amarran un chorizo con cartuchos de dinamita, ahora ella levanta sus ojos al cielo, De su epidermis como cuelgan estas figuras geométricas semejando condecoraciones o simplemente cabelleras planas,

Ella está cantando en su desnuda mente,

Quizás sean las medallas del dictador en sus guerras ficticias, se imagina ella, Chismorrean que fue una guerra abierta los primeros días de la asonada, Ahora la mujer con sus bordes en las heridas, ella se recuerda de la escena callejera con la gorra del ejército, ella sin saber cómo, allá lejos todos están llenos de miedo, mientras con humor negro simulan disparos entre ellos mismos y, las risotadas son por una mujer menos en el planeta.

Irrumpe otro vehículo y se baja un capitán, con fuerza en sus palabras ordenando que se apresuren, pronto llegarán las luces del amanecer,

Vi el uniforme de los gánsters, hasta la mitad semejantes al de las mujeres, Si, esos mismos enquistados en la carroña de los cuarteles, Otro que desciende lleva un terciado que le cruza el pecho lleno de balas, Ese otro tiene una cara de sicópata y, cuenta que lleva un gran revólver para matar los miedos, mientras que otro transporta una metralleta para crear las agujas de la muerte. La tensión sube de niveles,

Ella sabe que va a morir

El tiempo está en sus bolsillos

Revisando ella todos los alrededores

Con ojos cadavéricos demasiado rotos

Ahora la niebla poco deja al descubierto

Ellos con los palitroques descompuestos y se burlan a sí mismos Son cuatro o cinco fantasmas que la insultan…

D

Ella gritando un rato con la fusión de los caballos.

Ahora. Está sola. Ya se han retirado los agentes del estado

-¡Voy a morir!! repite a la concurrencia muda e inexistente quedando agotada.

Las voces de mis hijos grabándose en mi cabeza.

Mi madre con taquicardia.

En la Comisaría preguntándole al sargento por enésima vez.

Quico mi marido preocupado dialogando en la Vicaría de la Solidaridad

En el centro de Santiago él mira a los universitarios como reclaman contra los asesinatos del CNI,

Ve transeúntes leyendo el diario Fortín Mapocho

Y con los carabineros arremetiendo con sus lumas en ristre

Por allá otra gente comiéndose la comida chatarra al paso.

Pronto. Mi boca se seca

Algo raro me está sucediendo y suplico

al todopoderoso o como se llame que proteja a mi familia

Mis recuerdos confesándose entre los pliegues de mis carnes

pero alguien me patea con todas las furias,

Estoy absorbiendo todos los castigos de mi vida

Con los rictus de esas bocas que se van multiplicando

Ella todavía con el hielo de la noche

Mi rostro húmedo como una gran inundación

Y muevo mis pequeños ojos sin poder tocarlos siquiera

y como muchas manos están divirtiéndose contra mi pellejo

Apuro mi respiración pensando en mi madre

y un puño helado choca en mi estómago

y mis pobres brazos se van tornando tan violáceos

Ahora. Varias manos me entrecruzan cables

Como un pastel de manzana lleno de grietas

y confluye desesperadamente lo cotidiano

y yo pudriéndome entre los aullidos de la noche

Yo. Regresando de un paseo dominical en mi infancia

Y no sé cómo hoy ha desaparecido mi cuerpo de mi casa

Tampoco sé cuántos cartuchos de dinamita rodean mis extremidades

Y tengo las manos y las piernas fuertemente amarradas y con los gritos de las bestias Y con sus risas histéricas jugando a los vaqueros Y como se recuerdan del mítico james bond cuando éste elimina a sus enemigos

Hoy. Cuento los segundos que me quedan para estrujar todos mis aires y algunos pajarracos con sus revoltosos graznidos pasan veloces y luego están revoloteando para vencer esas fuerzas extrañas / Quise ser una madre moderna con mis hijos y ellos piensan de todo Quise darle felicidad a tantas personas de la población Cuantas alegrías…

(Un perro negro. Se aproxima con precaución. Con sus orejas buscando con los oídos algunos sonidos. Ladra ladra tratando de apoderarse de un pedazo de mi cuerpo. Finalmente descargando sus desperdicios).

-Oye, mira si como el tiempo se va adelantando quiere decirnos algo revelándose uno al otro de los adolescentes / Mi mente como que percibe con fracción de segundos aquellos engranajes del fatídico reloj

Es el nAciMienTO dE uN rUiDO((((

Y este de golpe va tragándose todo

Y cada uno de sus chasquidos

Y sus piernas VUELANnn

Como si fuesen ramas

Y sus brazos alados

DESTORnillándose

Y crujen sus huesos

a-b-r-i-é-n-d-o-s-e

una gran ventana

entre sus pechos

Y el aire como se aniquila

Y su testera desprendiéndose

Y como bala de cañón se incrusta

En los metales de la torre eléctrica

Algunas sombras

con los pobladores furtivos que

notan a la distancia

como los bandidos se reparten las moléculas

Y

con la Radio Cooperativa que está llamando tan temprano…

Atención Y son las 5.45 a.m.

“Y le contamos

Hemos descubierto que la tierra otra vez quedó mojada con la sangre de una víctima…”

(María Loreto Castillo Muñoz. Dinamitada por la CNI)


ESCRITOR RHOMENAJE AHOMENAJE AL GRAN ESCRITOR GUERRILLERO SALVADOREÑO ROQUE DALTON ASESINADO POR SUS PROPIOS CAMARADAS COMUNISTAS


TON

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jueves, 3 de diciembre de 2009

Los asesinatos del Seguro Obrero de Carlos Droguett y Tejas Verdes de Hernán Valdés

 El Testimonio: algunas características para su recepción. (Los asesinados del seguro obrero de Carlos Droguett y Tejas Verdes de Hernán Valdés).
Vicente Bernaschina Schürmann.
Facultad de Filosofía y Humanidades.
Universidad de Chile.



*
La siguiente exposición pretende ahondar en el concepto de testimonio, dando cuenta de algunas de sus características para considerarlas al momento de su recepción, sobre todo en torno a la insinuación de estas en textos que superficialmente no las enuncian. Como es frecuente, este deslinde presentará otras consideraciones y presupuestos que no serán sistemáticamente expuestos, ni menos resueltos, pero que dejan abiertas varias direcciones de investigación para una discusión posterior.
De todos modos, una de las premisas que subyace a toda la argumentación aquí desarrollada, guarda estrecho vínculo con la suposición de que en los textos testimoniales, confesionales, autobiográficos, etc., existe un contenido latente o profundo no del todo codificado, que logra insinuarse en diversas marcas textuales; tales como la configuración del sujeto, la disposición de los acontecimientos, las afirmaciones y negaciones, contradicciones,disgresiones, entre otras. Estas insinuaciones configuran a este tipo de escrituras como una clara amenaza para la hegemonía, en la medida que pueden establecer una disrupción sobre la red discursiva del archivo[1], permitiendo al receptorcuestionar(se) elaparataje retórico del poder y su verdad consensual.
Para la demostración, aunque de ninguna maneratotalizante ni excluyente debido al carácter singular del testimonio que subyace a las diferentestextualizaciones, me he centrado en el análisis de dos escritos de carácter narrativo, que, desde sus diferencias propias[2], evidencian algunos de estos rasgos testimoniales en común. Estos textos corresponden a Los asesinados del seguro obrero. Crónica de CarlosDroguett y Tejas Verdes. Diario de un campo de concentración en Chile de Hernán Valdés[3]. Ambos textos vinculados por el tema de la matanza y la oficialidad de esta, la necesidad de dar cuenta desde una atestiguación ilegal la atrocidad de los modos de represión y la imposibilidad de decir directamente los hechos, en tanto la “verdad” (múltiple y contradictoria), en la dimensión de lo dicho (o sutextualización), ha pasado previamente por una serie de filtros legales y legítimos que recubren con silencio y un criterio deindecidibilidad toda experiencia posible.
El itinerario del siguiente trabajo presenta tres momentos. El primero discutirá la condición parasitaria del testimonio, encuanto experiencia singular que necesita inevitablemente de otro tipo de discursos para actualizarse. Un segundo momento que reposa sobre esta misma situación de laindeci(di)bilidad del testimonio como problema ético, en contraposición a su vinculación retórica con el género judicial. Y, finalmente, un breve análisis de latravestización formal de este tipo relatos para ingresar, de algún modo, en el archivo y constituirse como posible documento válido de la testación de una experiencia.

[4] puedo establecer una serie de elementos básicos para caracterizar al testimonio. Primero, es necesario señalar que la aseveración es una característica constitutiva, debido a que el testimonio se presenta (si eso es realmente posible) como mediador o transmisor de una certeza o de una verdad. Verdad sobre la que debe dar cuenta y que sucede, única y exclusivamente, ante un criterio de legalidad y legitimidad que se le otorga al sujeto de la enunciación o al objeto (prueba) desde otra instancia; ya sea la confianza de la audiencia, la nobleza misma del que enuncia o algún decreto o institución que lo avale. De tal modo, resulta claro el vínculo del testimonio con un ámbito documental[5], a la vez querelatorio[6]. Alguien debe relatar a alguien un suceso certero o verdadero (no únicamente verosímil[7]), para dar cuenta de él ante una instancia legítima y legitimadora.
Observando lo aquí deslindado, es posible resaltar también que el testimonio deviene impostura, puesto que exige una narración y una escucha, a la vez que una (re)construcción. (Re)construcción que se instala desde la difícil posición de un narradorautodiegético –en términos deGenette[8]-, donde la actitud de narrar se vuelca sobre sí misma, intentando no ausentarse en la doble acción (acción de presentarse en lo narrado y en el narrar). Lo que plantea una relación afectiva y ética en su exposición. A diferencia de un narrador homo- oheterodiegético, la distancia entre el sujeto de la enunciación y el sujeto del enunciado se reduce, al punto de eliminar cualquier “objetividad” posible ante los hechos sucedidos. Además, es necesario mencionar y argüir, también, el carácter de artificio y/o artefacto que adquiere el testimonio, sobre todo por su vinculación retórica y la adscripción a otro discurso legitimador. En los casos de Los asesinados del seguro obrero y Tejas Verdes, será la memoriacontrahegemónica denunciante de una matanza legitimada y silenciada oficialmente, en el primer caso, y, en el segundo, los excesos de la detención, tortura y desaparición de una dictadura militar.
Por último, relacionando las definiciones con su origen etimológico[9], debo referirme al testigo, como la presentación de una presencia, desde la legitimidad legal del conocimiento de algo, vinculada a una argumentación o una inferencia; por lo tanto, una relación lógica y normativa. En otras palabras, el criterio de legitimaciónexperiencial de lo oído, lo visto y lo vivido es puesto en funcionamiento, a través de una reelaboración y codificación lingüística en una situación de comunicación determinada. Además, está la relación del testigo con el verbo testar (dellat.testis, desde el cual surgen los diversos conceptos de atestar, contestar, detestar, protestaretc), el cual dentro de sus definiciones posee la atractiva acepción de “tachar, borrar”, lo que vincula irremediablemente al testimonio con un discurso sobre-escrito, originario[10], e incluso obsceno[11], puesto que trae a la presencia –o al menos lo intenta– relatos o narraciones que no están en escena para re-construir un acto[12]. En Los asesinados del seguro obrero esto queda en clara evidencia durante las primeras líneas del texto, cuando el narrador dice: “Amigos míos, no les parecerá bien a ustedes que yo hable sobre eso terrible y rápido que ocurrió en la ciudad hace un año exacto” (Droguett, 1940:19), donde se plantea como el portavoz de lo obsceno,  de algo que no debería ser recordado y menos contado.
Ahora bien, deteniéndome sobre el reiterativo concepto de legalidad que cruza al testimonio, surge el vínculo con el discurso judicial-procesal[13], el que reclama (solicita) a una asamblea, foro, juez, jurado, auditores, etc., para desplegarse. Así, el sujeto de la enunciación de Los asesinados del seguro obrero utiliza constantemente en su texto la expresión “Amigos míos”, con la que apela directamente a un receptor colectivo,asamblear, que debería actuar como jurado. Desde esta perspectiva, el testimonio no sucede como un discurso en sí mismo, salvo en el acto de su relato.
En consecuencia, esta adscripción al discurso forense, plantea una doble realidad y un doble conflicto. Por un lado, el testimonio porta un problema jurídico, ya que reclama un juicio, un análisis y posterior decisión arbitral (y arbitraria) que apruebe o rechace lo narrado en torno a los hechos que convocan el proceso. Y por otra, el discurso judicial, al reclamar, introduce también un cuestionamiento filosófico, eminentemente ético, ya que se vincula con el Otro, el rostro[14], y, en este sentido, resulta un acto puramente interior, incapaz de expresarse hacia fuera, ni tampoco de mantenerse dentro[15]. Contiene la imposibilidad de la expresión (en todos sus sentidos posibles). El testimonio, por consiguiente, “es despojo”[16] y deposición ética y especulativa[17]. De tal modo, no puede haber ejemplaridad nisimbolicidad en este. No es como el testimonio jurídico, el que basado en la “con-fianza” de su legitimidad, puede utilizarse argumentalmente como prueba (pisteis). En este caso, la ejemplaridad y/o lasimbolicidad en el testimonio remitirían a una regla, a una norma y en definitiva a una ley (lege), en tanto a una legitimidad y a una legibilidad. Ante este despliegue doble del testimonio es vital notar la presencia inevitable de unaparadoxa[18] que lo atraviesa y constituye desde el origen.
Tomando en consideración lo expuesto hasta el momento, resulta clara la afirmación de Leonidas Morales al decir que es un error concebir al testimonio como género[19], ya que “el testimonio es una clase de discurso cuyas propiedades son perfectamente reconocibles en sus diferencias, pero se distingue de las clases de discursos que son géneros por el hecho de que sus propiedades no son históricas. Más exactamente: es un discursotranshistórico. Y no lo afectan para nada en esta condición las variaciones ‘históricas’ de su contenido”. Como también resulta un discursotransgenérico, debido a su interesante condición parasitaria: “El testimonio tiene una sola posibilidad de ser actualizado dentro de la institución: como discurso parásito, o incorporado, es decir, desplegado por, y en el interior de, alguno de los discursos genéricos existentes.”[20]
Por lo tanto, podríamos considerar la afirmación de Morales de que no existe el género (histórico) testimonial. El testimonio es un relato, frente a los otros que son narraciones, puesto que el testimonioparasita de los géneros para actualizarse[21].
2.2.- Laindeci(di)bilidad del testimonio
Aparte del parasitismo, en torno al conflicto filosófico adjunto al testimonio, surge otro problema que es interesantísimo mencionar. Partiendo de la base que el testimonio porta como función central aseverar y relatar lo vivido, tanto como lo visto y oído, se evidencia su vinculación con el testigo. Por lo tanto, es posible afirmar conPaulRicoeur, que el testimonio es la relación misma, no el sujeto de la enunciación o la recepción (interpretación) de esta, lo que nos muestra el carácterescritural del testimonio: su conversión en huella o señal, más que en expresión[22]. El testimonio transporta las cosas vividas al plano de lo dicho (ante lo que sería el acto de Decir). Por consiguiente, y vinculado con la perspectiva judicial, el proceso que (se) impone al testimonio requiere de un caso y una opinión. Pero un caso arruinado[23] e incluso vaciado en lo dicho, en la huella, y una opinión pública, unadoxa que se atendrá a lo verosímil por lainaprehensibilidad de la verdad del Decir.
La única posibilidad de que surja el desplazamiento del testigo-prueba al testigo y su acto estádado por la experiencia de la muerte.[24] Experiencia claramente imposible para la conciencia y el sujeto[25], aunque es en esta relación del testigo y la muerte, en el compromiso con lo dicho, donde surge el testimonio. De hecho,Droguett, en el prólogo (autorial) a Los asesinados del seguro obrero, pone en evidencia la importancia de los asesinos, en la medida que es una forma de aproximar al sujeto a la experiencia de la muerte. “Se es grande cuando se tiene un muerto íntimo, bien personal, se comienza, entonces, a no ser estúpido. Conoce uno que uno es un ser verdadero. [...] Los crímenes determinan lo bueno. Es la utilidad de los asesinos.” (Droguett, 1940:15) Martys, en griego, quiere decir testigo, o sea, el testigo desde su origen es mártir, sujeto condenado a padecer y soportar todo tipo de contrariedades y penurias, hasta la muerte, para sostener la verdad de su discurso. Surge en el testimonio la vinculación con el compromisointersubjetivo absolutamente ético y por lo tanto singular. El testimonio, por consiguiente, es la acción misma, puesto que “atestigua en la exterioridad al hombre interior mismo, su convicción, su fe”[26]. Situación queDroguett manifiesta claramente al iniciar su prólogo “Explicación de esta sangre”, donde afirma: “Temo –y no quisiera desmentirlo- que estas páginas que ahora escribo vayan a resultar una explicación de mi mismo” (Droguett, 1940:9).
Observando esto último, la relación entre el testimonio y la escatología es ineludible y en este sentido, todo el discursocoprolálico, como señalaba anteriormente, en Tejas Verdes vendría a funcionar como clara alegoría[27] de aquella.
[28]. El testimonio resulta un acto doble: un acto de conciencia de sí sobre ella misma y una comprensión histórica sobre los signos, por lo tanto da a la interpretación un contenido, pero también reclama una interpretación sobre ella[29]. Así, para la lógica y para la retórica, el testimonio resulta una alienación del sentido. De hecho, para Aristóteles, en La Retórica, será un recurso argumentalextratécnico.
Como he visto, el testimonio presenta relación con un discurso alegórico y obsceno, puesto que requiere de otro discurso para hablar sobre sí. Es una fusión que “significa también tensión, el acontecimiento es, a la vez, revelación y ocultamiento; ocultamiento en la medida que es revelación. Las apariciones de Cristo vivo son también el sepulcro vacío”[30].
Lo interesante, desde esta perspectiva, es que el testimonio es un espacio donde el absoluto (se) mienta, desde el cual (se) interpreta y pide interpretación; sin embargo, toda interpretación por nuestra parte a esa solicitación será sesgada e imposible desde elLogos lógico[31]. El testimonio, comotextualidad, presenta e impone todos los sentidos posibles.
Considerando lo queRicoeur denomina la afirmación originaria que impulsa el decir hacia el testimonio (lo dicho), percibimos que sobreviene un acto crítico. La toma de conciencia no puede sino detallar, desparramarse en predicados. Estos no forman un sistema cerrado, sino que los rasgos permanecen discontinuos, señalando un esfuerzo que se continúa en múltiples direccionesincoordinables entre ellas.
Por consiguiente, la única posibilidad que nos resta ante esta herencia en desheredación es una resolución ética, en tanto, singular. Una e-lección (un fuera de la ley).
Frente al testimonio, como exterioridad absoluta (traza, huella, pero también rostro), como relación que reclama y solicita, “lo que comprendemos fundamentalmente es otra conciencia que se hace absoluta, a la vez libre y real. Por lo tanto, este reconocimiento no es posible sino por un acto interior de nuestra propia liberación”[32]. Acto que de por sí esindeci(di)ble.
2.3.- Travestismo del testimonio narrado
Considerando lo expuesto hasta el momento, habría que acordar que el testimonio, para poder decir, necesita “hablar otramente”, por lo que se ve forzado aparasitar de diferentes modos de presentación o representación, y, en consecuencia, atrasvestirse.
Es importante notar que los dos textos, a los cuales me he referido indistintamente para ejemplificar al testimonio y sus manifestaciones, llevan como subtítulo a un género o subgénero histórico o discursivo. En el caso de Los asesinados del seguro obrero, este lleva adjunta la denominación “Crónica” y Tejas Verdes, posee como subtítulo “Diario de un campo de concentración en Chile”. Lo interesante es la paradoja que se da en cada uno de ellos respecto a ciertos elementos que intentan sustentar textualmente, pero que se contrastan y contradicen respecto de la misma clasificación genérica que adoptan.
Una “Crónica”[33], contemporáneamente hablando, es, por una parte, un tipo de narración histórica que se sustenta en la ordenación cronológica de los hechos relatados y, por otra, un discurso expositivo, vinculado al periodismo, que centra la mirada en sucesos de actualidad. Ahora bien, este tipo de escritura ha sufrido considerables variaciones a lo largo del tiempo, ampliando o incluso invirtiendo lo que se entendía estrictamente por esta.
Mirando un poco hacia el pasado latinoamericano, tal cual señala WalterMignolo[34], el concepto de historia y crónica que recibieron los descubridores y conquistadores desde Europa (considerando la previa superposición del concepto de historia y crónica, en un principio, y luego el reemplazo de esta concepción de la historia por el dehistoriae, gesta ovitae, de carácter evidentemente épico), pone en evidencia la ligazón fundamental de este modo de (re)configurar la memoria y su despliegue legítimo a la construcción de un imaginario épico narrativo. Es decir, la utilización de un modo claramente poético-afectivo en la configuración de los hechos.
Sopesando esta carga histórica del concepto, en tanto se subsume al archivo cultural del mismo saber histórico, es posible notar cómoDroguett, al utilizar el membrete “Crónica”, se vincula y adscribe a un modo de hacer historia que permite la inclusión de juicios u opiniones subjetivas dentro del entramado “objetivo” y “verdadero” del discurso del testigo.
Por otra parte, el género crónica (en la medida que es posible reconocer un género histórico en los términos deTodorov[35]) también posee otra vertiente que surge a finales del siglo XIX desde el artículo de costumbres y el periodismo. Tal como señala SusanaRotker, en La invención de la crónica[36], este género se desarrolla fuertemente en Hispanoamérica, como espacio de subsistencia y desarrollo de la actividad escritora de la mayoría de los poetas modernistas (Martí y Darío, entre muchos otros). Es en este medio donde la crónica se superpone, ya no con la historia, sino con la literatura, aunque conservando sus requisitos estructurales (pactados culturalmente). Es decir, una altareferencialidad, su actualidad y el orden temporal de los sucesos narrados.
Ahora bien,  es interesante contrastar este concepto con la visión histórica de la crónica planteada porMignolo, ya que es posible notar un cierto intercambio de las características constitutivas del género, en tanto se pierde la enumeración ordenada de sucesos fechados, para que la narración se vuelque sobre lo actual. Así lo señalaRotker al afirmar que, desde el siglo XIX en adelante, “la crónica viene del periodismo, de la literatura y de la filología, para introducirse en el mercado como una suerte de arqueología del presente que se dedica a los hechos menudos y cuyo interés central no es informar sino divertir”[37].
Por lo tanto, me parece que, en Los asesinados del seguro obrero, la utilización del membrete “crónica”, resulta una estrategia para adscribir esa testación a una corriente del periodismo o “nuevo periodismo” social y, a su vez, vincular al texto con una forma discursiva de la historia, válida como narración de sucesos ocurridos y claramente fechados. Sin embargo, la dificultad surge, cuando los hechos relatados y testados en el texto exceden ytransgreden los límites establecidos genéricamente para ese tipo de discursos, ya que instalan unaparadoxa ante lo afirmado en el texto y los modos de configurarlo. En Los asesinados del seguro obrero, el narradorautodiegético, en la medida que relata su experiencia de lo oído, visto y vivido, de pronto abandona esa instancia impuesta por la crónica y penetra directamente en la subjetividad de los personajes y en la interioridad de los hechos, como si él (y su testimonio) hubiese participado de los hechos mismos. Esta situación desgarra la ordenación de los acontecimientos, lo que provoca el despliegue de variasdisgresiones, que abordan la vida e incluso las sensaciones y emociones de los personajes. No obstante, en la conversación final que sostiene el sujeto de la enunciación con su mujer, se afirma lo siguiente:
“- [...] ¿Estuviste en la Universidad?
            Y se tranquilizó en seguida. Supo ya que no había estado en eso, puesto que me encontraba ahí. Dijo después: - ¡Pobres muchachos! ¿Eran muchos?
-         No sé... No se sabe nada...
(Droguett, 1940:82 – los subrayados son míos)

Así, queda en evidencia la invalidez completa de la narración de los hechos, desde los criterios de verdad pretendidos por la vinculación a la historia. Sin embargo, al instalar laparadoxa transgresora dentro de los límites de este género histórico en particular, pero manteniendo la convicción absoluta de lo narrado, podemos observar la estrategia retórica y notar, entonces, que el compromiso con el suceso no tiene que ver exclusivamente con la posiblereferencialidad o actualidad del hecho y su ocurrencia de tal o cual modo, sino que va a relacionarse con la experiencia de la matanza, de la impunidad y el silencio ante el sufrimiento humano. El testimonio, por lo tanto, setrasvestiría en crónica,parasitando de la narración y de este espacio entre literatura, historia y periodismo para subvertir desde la alegoría, la digresión, la obscenidad y la perífrasis. Es el compromiso con la sangre, con el hombre y con la historia, atisbando, en una reflexión incipientemente manifestada, los problemas de la representación y de lareferencialidad de la historia, en tanto esta siempre se sitúa como una reconstrucción lingüística desde los vencedores o una testación, donde la presencia, en su presentarse, se ausenta continuamente.
Por otra parte, Tejas Verdes ubica el membrete “Diario” sobre un texto que nos señala, en su Nota Preliminar (autorial), que fue escrito días después de la experiencia, “al calor de la memoria” (Valdés, 1996:3).
Este enunciado no carece de relevancia, considerando la hipótesis planteada por Leonidas Morales en “El Diario íntimo de LuisOyarzún” sobre la relación entre las memorias y el ensayo historiográfico como discursos cómplices del poder y lo “interesante [que] sería, estudiar el diario íntimo y la autobiografía como discursos periféricos, de margen, elaborados en un espacio de ruptura y resistencia”.[38]
Tejas Verdes se presenta claramente como un discurso que intenta arremeter de forma discursiva (expositivo-argumental) contra el poder hegemónico, pero no defendiendo otro espacio igualmente establecido, sino que desea enarbolar un discurso crítico[39], por lo que ya plantea un caso especial ante la reflexión del párrafo anterior. Es que Tejas Verdes (y, a su modo, Los asesinados del seguro obrero, como ya vimos) presenta una necesidad de denuncia, pero al mismo tiempo, en la experiencia humana arruinada en el sujeto de la enunciación, la imposibilidad del testimonio. A su vez, se hace evidente la impertinencia de un diario íntimo que no puede (debe) ser (re)construido a posteriori, tal como lo aclara Morales respecto a una anotación del 24 de mayo de 1961 de LuisOyarzún:
“¿cómo recomponer un diario íntimo perdido? Desvanecidos los instantes que lo engendraron, toda reconstrucción parece una impostura[40].> Se transforma en ‘impostura’ porque ya no trataría de un diario íntimo: las ‘reconstrucciones’ de la memoria biográfica rompen con la sujeción al calendario, abrogan la identidad del género y deslizan la escritura hacia el territorio de un género distinto, si bien vecino: el de la autobiografía.”[41]
Al respecto, resulta de vital importancia mencionar una aseveración que señala el sujeto de la enunciación de Tejas Verdes, cuando intenta describir con fidelidad la tortura padecida y su propia expresividad que fracasa. “No hay memoria del dolor” escribe y quiebra toda posible coherencia de su enunciación, porque si no hay memoria, pero el texto fue escrito al calor de esta, ¿qué (im)posible denuncia (testimonio) es la que surge?
Es necesario considerar lo expuesto anteriormente respecto a la condición parasitaria del testimonio, como también, para el caso de Tejas Verdes, la diferencia que señalaBlanchot, refiriéndose al estrecho vínculo que presenta el diario íntimo con el relato: “El relato se distingue del diario porque se enfrenta a lo que no puede ser comprobado, lo que no puede dejar constancia ni reseñarse. El relato es el lugar de la imantación que atrae la figura real a los puntos en que debe situarse para responder a la fascinación de su sombra.”[42]
Para Blanchot, el diario íntimo requiere de superficialidad y de la constancia cotidiana cogida por la cláusula del calendario. Por el contrario, la persecución de lo que tuvo lugar resulta una marcha inquieta, sin rumbo ni límites y que al no alcanzar el hecho de haber tenido lugar, desgarra la telaraña de los acontecimientos[43].
Esta dispersión interna en latextualidad, frente a la represión y la necesidad de la denuncia, plantea claramente una crisis en el sujeto mismo tanto como en la escritura que intenta contenerlo (expresarlo). Algo muy similar a lo que referiráBarthes en su conversación conMauriceNadeau en ¿Adonde/o va la literatura?, puesto que “ya no se indica ‘novela’ cuando se trata de novelas, pero cuando no se trata de novelas, se puede poner ‘novela’.”[44]
La necesidad del membrete “Diario”/”Crónica” es la necesidad de adopción de alguna estabilidad para la escritura, para la legalidad y legitimidad de esta dentro de un discurso que debeparasitar de la “referencialidad” y de la (re)presentación de una presencia total(itaria)mente ausentada por la violencia, el silencio, la represión[45], la tortura y por un “hay”[46] o un “el(lo)”[47] amenazante por todos sus márgenes que deviene en desaparición,borramiento y aniquilación.
Al respecto, habrá que notar que el testimonio, al presentarse como aseveraciónindeci(di)ble –tal como señalé anteriormente– reclama lapresentización de la memoria, por lo tanto, trae a escena lo inaudito, relacionándose directamente con el olvido activo[48]. Más acá de la utilización de lo dicho por las disputas ideológicas, el testimonio, en tanto discurso, provoca en la memoria la conciencia de que el discurso historiográfico o el archivo es la instancia legítima legalizada por la hegemonía.
Esto queda claramente evidenciado en Tejas Verdes, al exponer dentro de su propia configuración argumental, el desencanto personal, el fracaso político ante el golpe y la incapacidad de reacción del gobierno mismo, laantiheroicidad del sujeto de la enunciación, el reclamo, la tortura y el exceso. Los argumentos de Tejas Verdes no configuran en ningún momento la denuncia directa, la acusación, salvo en el acto mismo de su escritura.
3.- A modo de conclusión
Intentando cerrar brevemente las consideraciones aquí desplegadas, debo concluir que el testimonio, caracterizado a través de Los asesinados del seguro obrero y Tejas Verdes, manifiesta, dentro de sus propiasparadoxas superficiales y de la necesidad de “hablar otramente”, la insinuación de un contenido no del todo codificado, que le permite configurarse como una disrupción y cuestionamiento ante las “verdades” hegemónicas sostenidas consensualmente[49].
A lo largo del presente artículo observamos que la narración de ambos textos intentaba adscribirse a algún género o subgénero histórico o discursivo (crónica o diario íntimo) para poder inscribir la experiencia del narrador dentro de un espacio institucional que le permitiese testar lo oído, lo visto y lo vivido. Sin embargo, al intentar traer a escena aquello que está fuera de esta, el testimonio requiereparasitar de otros discursos. De tal modo, la escritura testimonial se vuelve una impostura y una traza, planteando así un doble conflicto. Su vinculación al espacio judicial y un problema eminentemente ético y por lo tanto singular.
De tal modo, el narrador de Los asesinados del seguro obrero, tanto como el de Tejas Verdes buscará su adscripción legítima y legal mediante el membrete “Crónica” o “Diario” (respectivamente). Lo mismo sucede a través del Prólogo o Nota Preliminar (autorial), donde intentanexplicar(se) y justificar(se) ciertas irregularidades que se hacen claramente visibles.
Por consiguiente, el testimonio como tal no puede decir lo que dice. Sólo puede traer a escena eso que debería quedarse fuera para la contemplación y exponer, arrojandoabyectamente los actos mismos que constituyen al ser humano. Sus excesos, sus violencias, sus ansias de poder. La dominación, la tortura y, también, la absurda, pero reiterada, aniquilación de los sujetos molestos o amenazantes para la consolidación de la hegemonía.
Desde esta perspectiva parecería que el testimonio jamás podría narrar la experiencia de un sujeto, en tanto que esa experiencia siempre se configura en la singularidad y que toda expresión necesita, obligatoriamente, de la instancia mediadora que resulta la lengua.
Sin embargo, como ya hemos mencionado, el testimonio siempre va a insinuar algo que jamás logrará escenificación. Este, como escritura, traza, huella, dato, da constantemente la impresión de portar un imposible guiño que solicita y reclama, hacia la singularidad del receptor, desde el rostro que este mismo testimonio configura y evidencia.
Por lo tanto, la convocación de la responsabilidad, entanto respuesta a la disrupción causada por el testimonio, por la traza y el pacto tácito que estos conllevan, me plantea ante una disyuntiva que apunta, inevitablemente, en una sola dirección:
Corresponderle al testimonio, que no resulta otra cosa más que testificar.
4.- Bibliografía básica
DROGUETT, CARLOS (1940) Los asesinados del seguro obrero, Santiago de Chile, Editorial Ercilla.
RICOEUR, PAUL (1983) Texto, testimonio y narración, Santiago de Chile, Editorial Andrés Bello. Traducción, prólogo y notas de VictoriaUndurraga.
VALDÉS, HERNÁN (1996) Tejas Verdes: Diario de un campo de concentración en Chile, Santiago de Chile, Ediciones LOM - Ediciones CESOC.


* Este artículo es una variación del primer capítulo correspondiente a mi Informe Final de Seminario para optar al Grado de Licenciado en Lengua y Literatura Hispánica en la Universidad de Chile, titulado “Tejas Verdes de Hernán Valdés: Testimonio, Tortura y Aniquilación (La insinuación de laindeci(di)bilidad en lo testimonial)”. Allí es posible encontrar varias de las consideraciones desarrolladas aquí, pero con un enfoque distinto.
[1] El concepto de archivo está utilizado en el sentido que le daFoucault en La arqueología del saber, Buenos Aires, Siglo XXI, 2002, pp. 219-221, en donde archivo corresponde, básicamente, al sistema general de la formación y de la transformación de los enunciados que configuran un campo de saber. En otras palabras, la ley de lo que puede ser dicho, las reglas que fijan los límites del juego y que permiten lareactualización permanente de esas mismas reglas.
[2] Estas diferencias corresponden a variados elementos como las situaciones temporales y socio-políticas de su producción, el modo en que se narran los hechos (distintos niveles de alegorización), vinculación del sujeto de la enunciación con el daño recibido, entre muchas otras.
[3] Datos bibliográficos al final del artículo. Cuando me refiera a estos señalaré el autor, el año y la página, para facilitar la referencia.
[4] Testimonio. (dellat.testimonium). m. Atestación o aseveración de algo. // 2. Instrumento autorizado por notario o escribano, en que se da fe de un hecho, se traslada total o parcialmente un documento o se le resume por vía de relación. // 3. Prueba, justificación y comprobación de la certeza o verdad de algo. // 4. Impostura y falsa atribución de una culpa. // 5.Ecd. Cada uno de los textos manuscritos o impresos que constituyen la tradición textual de una obra. // 6.ant. Testigo.
Testimonial. (Dellat.testimonialis). Adj. Que hace fe y verdadero testimonio. // 2. f. Pl. Instrumento auténtico que asegura y hace fe de lo contenido en él. // 3. Testimonio que dan los obispos de la buena vida, costumbres y libertad de un súbdito que pasa a otra diócesis.
Testigo. (Detestiguar y esta dellat.testificari). com. Persona que da testimonio de algo, o lo atestigua. // 2. Persona que presencia o adquiere directo y verdadero conocimiento de algo. // 3. m. Cosa, aunque sea inanimada, por la cual se arguye o infiere la verdad de un hecho. // [larga serie de definiciones que pueden sumirse en la definición 3. (piedras, exámenes, papel, etc] // ...
Testar. (Dellat.testari). intr. Hacer testamento. // 2.tr. Tachar, borrar. // 3.ant. Declarar o afirmar como testigo.
[5] La discusión en torno a lo documental y lo monumental es un problema de múltiples aristas. Aquí me adscribiré a la noción de documento desde su etimología latina relacionada con el verbodocere. Por lo tanto, con documento estaré apelando, básicamente, a un objeto válido (texto en este caso) arrojado para mostrar, señalar y/o indicar ciertos hechos ocurridos.
[6] Vid.Infra. La diferencia entre relato y narración que establece Morales.
[7] Aunque esto será discutible desde el origen, debido a la ligazón de este discurso con la retórica.
[8] VéaseGenette,Gerard, “La voz”, texto sin datos editoriales, mecanografiado y traducido por Ramón Suárez M, Universidad de Chile, Facultad de Filosofía y Humanidades, Departamento de Literatura, 1988. Original en francés en: Figures III, París,EditionsDuseuil, 1972.
[9] Toda referencia etimológica provienede el Diccionario de la lengua española de la RAE y del Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico de J.Corominas y J. A. Pascal.
[10] VéaseBenjamin, Walter, El origen del drama barroco alemán, Madrid, EditorialTaurus, 1998, pp. 28-29, en el sentido que “Lo originario no se da nunca a conocer en el modo de existencia bruto y manifiesto de lo fáctico, y su ritmo se revela solamente a un enfoque doble que lo reconoce como restauración, como rehabilitación, por un lado, y justamente debido a ello, como algo imperfecto y sin terminar, por otro.”
[11] Entendiendoob-sceno como lo que una vez insinuado debe permanecer fuera de la escena por atentar contra la configuración misma de esta, tal como lo horroroso por monstruoso en la tragedia griega (cfr. Aristóteles,Poética, México, UNAM, 1946, p. 20. Edición bilingüe. Versión directa, introducción y notas por Juan David GarcíaBacca) o en palabras de Horacio (Arte Poética, Paris, Imprenta parisiense L.Berger y comp., 1867, pp. 57-58. Anotada y explicada con una traducción literal de Manuel A. Fuentes), quien dice: “no pongas en escena las cosas que deben hacerse adentro [...]. Que Medea no degüelle a sus hijos delante del pueblo, o que el criminalAtreo no haga conocer en público entrañas humanas;”. Debo esta noción de lo obsceno a la profesora BernardaUrrejola.
[12] Este aspecto tiene relación también con el carácter clandestino yvoyerista que adoptan generalmente los discursos testimoniales, al intentar adentrarse en la intimidad, ya sea de las personas o de los hechos.
[13] cfr. Aristóteles, Retórica, Madrid, EditorialGredos, 2000. Traducción, introducción y notas por Quintín Racionero yBarthes, “La Retórica Antigua. Prontuario”. En: La Aventura Semiológica, España, EditorialPaidós, 1993, pp. 85-160.
[14] VéaseLevinas, Emmanuel, Totalidad e Infinito. Ensayo sobre la exterioridad, Salamanca, Ediciones Sígueme, 1999. Traducción e introducción de Daniel E.Guillot. Como también Jorge Narváez, “El estatuto de los textos documentales en América Latina”. En: Narváez, Jorge (ed), La Invención de la Memoria (actas), Santiago de Chile,Pehuén,  1988, pp. 15-22, cuando afirma que los testimonios “atentan incluso contra una belleza institucionalizada: su ser, es ser otros.”
[15] Como quedará claro a lo largo del presente artículo, desde una lectura alegórica de los hechos presentados por Valdés en Tejas Verdes podemos vincular el acto interior con la escatología, tal cual lo haceDroguett explícitamente al relacionar la escritura y la sangre. Así, Valdés estaría manifestando la imposibilidad de decir a través de la imposibilidad de, incluso, defecar. “Nada, puros vientos, como si la mierda se hubiese escamoteado, en una perfecta maniobra de ilusionismo. Trato de recordar mis ganas de la mañana, trato de imaginar que no soy sino mierda, una gran bolsa que debe desalojarse, y nada, soy una masa hermética, un globo perfectamente obturado.” (Valdés, 1996:80)
[16]Ricoeur,Paul, Texto, testimonio y narración, Santiago de Chile, Editorial Andrés Bello, 1985, p. 10. Traducción, prólogo y notas de VictoriaUndurraga.
[17] Por lo que no nos debe sorprender en lo absoluto la constante alusión a la coprolalia y a la abyección de los cuerpos en Tejas Verdes. “Me paso la mayor parte del día sentado al sol, envuelto en la frazada. No soy capaz de pensar en mí como posibilidad, como proyecto vital. Sigo considerándome disponible para la flagelación y la abyección y de hecho lo estoy.” (Valdés, 1996:132) Véase tambiénsupra. nota 15.
[18] Introduzco esta escritura para ‘paradoja’, puesto que se relacionará inevitablemente con el concepto de DOXA. “Opinión pública” (Aristóteles,Barthes).
[19] Afirmación realizada ante la pretensión teórica de establecer un género histórico testimonial dentro de una tradición en América Latina que configuraría la identidad del continente desde las relaciones de poder. Un discurso de víctimas/victimarios; sometidos/poderosos, donde sería la voz del subordinado la que nos habla. Género y discurso: El problema del testimonio”. En:Mapocho, Nº 46, DIBAM, 1999 (segundo semestre), pp. 167-176.
[20]Ibid., pp. 171-172.
[21] Ahora bien, esta última distinción es bastante cuestionable. Sin embargo, no es posible desarrollar una discusión en este momento y tendremos que reservarla paraotro ocasión.
[22] cfr. JacquesDerrida, La voz y el fenómeno. Introducción al problema del signo en la fenomenología deHusserl, España,Pre-textos, 1995. Traducción y prólogo de Patricio Peñalver. Lo mismo para la relación del Yo con la experiencia de la muerte.
[23] Para una discusión más acabada respecto de la relación entre el caso y la ruina, véase Jean-LouisDeotte, Catástrofe y Olvido. Las ruinas, Europa, el Museo, Santiago de Chile, Editorial Cuarto Propio, 1998, p. 25.
[24] He aquí la evidente, pero no muy tratada relación del testimonio con el testamento; documento legal donde consta la última voluntad paraperformarse después de la muerte.
[25] “Si la muerte es lo real, y lo real lo imposible, uno se aproxima al pensamiento de la imposibilidad de la muerte.” (véaseBlanchot, El paso (no) más allá, Barcelona, EditorialPaidós eI.C.E de la Universidad Autónoma de Barcelona, 1990, p. 105. Traducción de José MªRipalda).
[26]Ricoeur,op.cit., p. 22.
[27] Alegoría considerada como un “hablar otramente”, del griego:allosagoreuein (Cfr.Avelar,Idelber, Alegorías de la derrota. La ficciónpostdictatorial y el trabajo del duelo, Santiago de Chile, Editorial Cuarto Propio, 2000, p. 110). De todos modos, enDroguett la alegoría aparece de forma diferente que en Valdés, aunque se vincula con la escatología del testimonio, en la medida en que la necesita para exponer la crudeza de la matanza sin aludir directamente a la situación política. La alegoría, en este caso, funciona semánticamente como refugio y protección para el sujeto de la enunciación.
[28] De hecho,Droguett insiste reiteradamente en “Explicación de esta sangre” que él no escribió ese texto, sino que fueron los muertos, a la vez que dentro de Los asesinados del seguro obrero dice que aYuric, uno de los asesinados, “le duele la lengua de los antepasados, goteando extranjeras palabras que, al llegar, había que cambiar por otras palabras también extranjeras...” (Droguett, 1940:36), donde se explicita la noción de que toda palabra es extranjera y que hablar viene, claramente, de otra parte.
[29]Ricoeur,op.cit., p. 39
[30] Ibíd., p. 40.
[31] “Por último, el testimonio da para interpretar por la dialéctica del testigo y el testimonio. El testigo testimonia por algo o por alguien que lo supera: en este sentido, el testimonio procede del Otro, pero el compromiso del testigo es también su testimonio...” (Ibíd., p. 42) Por lo mismo,Droguett, hablando sobre la sangre que escribe la historia (y al testimonio mismo), apunta sobre el receptor ideal de esta, puesto que “es una sangre que clama al oído verdadero que quiera oírla, que corresponda con ella...” (Droguett, 1940:11). En otras palabras, que el receptor mismo, desde su interioridad, se vuelva testigo y se haga partícipe del acto de testimoniar.
[32]Ricoeur,op.cit., p. 49
[33] Crónica. (dellatchronica, y este del gr. cronika [biblia], [libros] en que se refieren los sucesos por orden del tiempo). f. Historia en que se observa el orden de los tiempos. //2. Artículo periodístico o información radiofónica o televisiva sobre temas de actualidad. (RAE)
[34] Véase “Cartas, crónicas y relaciones del descubrimiento y la conquista” En: Luis Iñigo Madrigal (Coord.), Historia de la literatura Hispanoamericana, Madrid, Cátedra, 2ª edición, 1992, pp. 57-116.
[35]Todorov,Tzvetan, “El origen de los géneros”, en: Teoría de los géneros literarios, Madrid, Arco /Libros, 1988.
[36]Rotker, Susana, La invención de la crónica, Buenos Aires, Ediciones Letra Buena, 1992.
[37] Ibíd., p. 106.
[38] Morales, Leonidas, “El Diario de LuisOyarzún”. En: LuisOyarzún, Diario Íntimo, Santiago de Chile, Departamento de estudios humanísticos de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile, 1995, p. 8.
[39] “El autor no pertenece a ningún partido, no es miembro de ninguna institución, por lo tanto “no representa”, dentro de la mentalidad política chilena... [...] A lo que hay que agregar que su visión del proceso chileno es crítica, y su conductaantiheroica. Y lo que es peor: crítica fundada en su pura subjetividad.” (Valdés, 1996:3-4)
[40] Recordemos, además, que el testimonio ya resulta en sí mismo una impostura. (Vid.Supra, apartado 2.1.)
[41]Morales,op.cit., p. 11
[42]MauriceBlanchot, “El diario íntimo y el relato”. En: Revista de Occidente, Nº 182-183, Madrid, Julio – Agosto, 1996, p. 48.
[43] “Por habérsele escapado siempre el presente, el acontecimiento ha desaparecido siempre sin dejar más huella que la de una esperanza para el pasado, hasta el punto de convertir el porvenir en profecía de un pasado vacío” (Blanchot, 1994:42)
[44]RolandBarthes, “¿Adónde/o va la literatura?”. En: Variaciones sobre la literatura, Buenos Aires, EditorialPaidós, 2001, p. 183.
[45] Utilizo el argumento de Leonidas Morales respecto a la carta de petición, para el público receptor de este “Diario”. “Me refiero a esa ausencia que de pronto se configura frustrando la expectativa del diálogo: la ausencia física del otro, de ese que tendría que haber sido el interlocutor. Ausencia, es decir, una distancia.”  [insalvable debería agregar] (Leonidas Morales, “Cartas de Petición: Chile 1973-1989”. En: Cartas de petición: Chile 1973.1989, Santiago de Chile, Planeta/Ariel, 2000, p. 23), como también a las desesperadas citas de Valdés: “¿Hay por azar algún conocido que pueda dar cuenta de mi detención?” (Valdés, 1996:24) “Quisiera que los otros, si aún están allí, me dijeran algo, quisiera oír cualquier palabra de un semejante.” (Valdés, 1996:44 - subrayados míos)
[46] “...<> es, para mí, el fenómeno del ser impersonal: <>. Mi reflexión sobre este asunto parte de recuerdos de infancia. Uno duerme solo, los mayores continúan la vida; el niño siente hondamente el silencio de su dormitorio como <>. […] Algo que se puede sentir también cuando se piensa que aun cuando nada hubiera no se podría negar el hecho de que <>. No es que haya esto o aquello; sino que la escena misma del ser está abierta: hay. En el vacío absoluto, anterior a la creación, que podemos imaginar, hay. […] A veces empleo la expresión <> [ese <> como horror y enloquecimiento]” (cfr. EmmanuelLevinas, Ética e infinito, Madrid, Visor, 1991, p. 43. Presentación, traducción y notas de Jesús María Ayuso Diez.)
[47] “(el)lo, una palabra de más que, con astucia, situamos al borde de la escritura, a saber, la relación de escritura a la escritura, cuando esta se anuncia al borde de sí misma.” (cfr.Blanchot, El paso (no) más allá,op.cit., p. 35). También, El proceso deFranzKafka.
[48] Al respecto, el narrador de Los asesinados del seguro obrero dice: “Ustedes, eternos bondadosos, dicen que el olvido es bueno, pero yo les repito –ya se los dije el otro día cuando hablamos- que recordemos mucho, demasiado, rabiosamente, antes de olvidar un poco.” (Droguett, 1940:20)
[49] Nunca está demás insistir sobre el carácter allanador y violento de la pretendidaconsensualidad contemporánea. Este es un tema que discuto fuertemente en mi Informe de Seminario de Grado, pero que aquí tendré que solamente mencionarlo.

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