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RELATO



EL LIBRO INDECENTE DE LA MUERTE

Autor: Francisco Medina Cárdenas


A

Extrañamente un ritual se suscita en el reino del día de hoy y estalla con todos los brazos del viento como una señal confusa de uno y de otro en la vida diaria. Quizás un tributo que se exprime de aquellas nubes verdes que yo acostumbro a mirar: advirtiendo una caravana de corrientes metidas en la montaña. Quizás las curiosas estaciones reclaman sus elementos y traiciones desafiando así el porvenir de aquellos filósofos que exitosamente cuidaron cada mañana con los ojos en las piedras desnudas. Tengo mis ideas históricas: se filtraron grandes árboles de capas duras e inexistentes en el color de aroma de aquellas cenizas que dejó la fuente natural. Observa como las aves del cielo enfilan adiestradas como fieras pequeñas en bandadas militares: aquella vez fueron maravillosos incendios que explotaban en el aire a sangre y fuego...Fue algo creciente que no estaba en la aventura de aquellos ojos esa madrugada con estrellas eran como los siglos de minúsculos instr. mentos mágicos. Eran los timbres, las noticias, los teléfonos, eran asesinatos lúcidos, fatalmente. Espera, dijo el jovencito: déjame que te pinte una vez más la escena (desapareció por un instante, regresando ahora con sus armas de colores, se trata de un pincel para los trazos, una paleta manchada cuatro frascos para los matices y un lápiz de grafito). Él trataría de pintar las tramas del infinito con el furor metálico de las ilustraciones. Él trayendo lo innombrado con los hallazgos del ojo como si fuera la primera vez: temía que alguna aguja o telaraña fuese a perturbarlo con su sombra amenazadora. Pronto la dinámica de los pinceles fue mostrando los problemas de la calle en su espíritu coreográfico con una hipótesis impresionante. Entre tanto sus manos iban registrando aquel patético boceto: la luna con sus caracoles petrificados trayendo los amarillentos exilios. Me advierte preocupado el cuento de la radio con cada jornada opositora despotricando las torturas y de las raíces nómadas que traen las horrorosas miserias del tiempo más allá de los cinco sentidos: él trayendo los conceptos abstractos de las calles con sus esqueletos básicamente muertos: tiene delante una arquitectura de sonidos con sombras que solo saborea gotas de agua que salen de alguna parte.

(…) dejemos todo esto abandonado: mira que las estrellas andan corriendo en un galope misterioso y, Súbitamente ¿Qué está sucediendo: cuando, desde las alturas las palomas observando esas móviles sombras: parecen fusionarse con los espacios de la calle: tenemos veloces infiernos, Oye, espera, le preguntó: Quiénes son esos y, otra vez, Vámonos: Ese callejón es más seguro porque el cielo no es un lujo. No no no, Somos testigos de algo que parece espeluznante: Pero, en la ciudad los espejismos brotan como callampas. Claro que nosotros así como estamos no podemos hacer nada: ese caudal profundo de sombras y tortugas ninja están sin texturas. Oye, por favor guarda silencio, le dice, Cállate: confieso que la vida ya tocó fondo. Vienen por allí dos vehículos engomados: Si si. Ya diviso sus orillas, su propio movimiento: Se esconden ellos en las entrañas de aquel extraño amanecer: quieren madurar un gran dolor: Se abren todas las puertas negras: Son tantos palitroques, que se desean siendo dioses: Semejantes a una buena película de contrabandistas: tal vez algunas tentaciones: Descienden muy olorosos varios tipejos caraduras que se derriten en los colores: Pero, Si si, Están sacando a alguien a tirones como una descarga de fusilería: Arrastrándolo…un fardo de ropa sucia: un constante juego ofensivo… No lo sé, Hoy mis ojos de pintura no me acompañan mucho porque, Yo veo a uno de ellos (un objeto verde como un demonio) Ese caradura es algo flaco, moreno, de pelo bien crespo, tiene pequeños bigotes: Ahora el tipejo ca davéricamente levantando una voz chillona que parece de astilla, quizás un nombre vacío No lo sé Seguramente está dando instrucciones más allá escupe viene después No lo sé, Él, quién, dime algo, Creo no equivocarme, Ese hombre aflautado verdaderamente es el jefe con su engominado acento guachaca. Babea como una pelota, su cuerpo. Los atigrados adolescentes refunfuñando y oteándose uno al otro y dándose señales preocupantes, ellos con la agitación de sus ritmos cardíacos allí se encuentran en un hito casi inexistente. “Ellos se acoplan a cualquier cosa de lka muerte”. Espectáculo. Circo Negro. Avenida Las Torres con Santos Medel. Ufff. Amigos.

La populosa Comuna de Pudahuel. Lugar de los lloros, Y de tantas sangres con imitación de contrastes.

SeÑoR sEñO …auxilio…alguien…

(Ella un ser tan triste en ese momento con sus carnes apelmazadas buscando tantas llaves inservibles.

(Ella con sus ojos de agua seguramente que no quiere continuar respirando en este tremendo vacío)

ALGUIEN está viéndome, grita…y su cabeza soportando y gira en un ángulo como una goma fría

Alóóó…CUÁNTOS me escuchan…se pregunta por cuarta vez moviendo sus ojos enloquecidos

Mientras los insectos apretujados y tan caraduras continúan lamiendo ese exquisito manjar rojizo fuerte Ella sintiéndose como en un precipicio y con sus huesos rotos y la mirada perpleja en otra dimensión

Soy una míSERA mujer…(ella pensando) vengo con los malos espíritus de mi pasado verde luna

Van arrastrÁndoME…canallas… (ella así no más murmuran los adolescentes en el mirador)

Parezco una espuma fuera del agua…exactamente un bulto muerto y una boca le habla

Ella dudando bajo la noche fría fuertemente tanto rumbo al cementerio ambulante

Si si Quizás sea un monigote esos de plástico todos disparando sus pelotas Ayyy

Oiga… Ella se llama Margarita… la señala con una voz saladamente buena

Allí ese día la muestra orgullosa, la mujer se encuentra muy nerviosa,

Mi querida madrecita una mujer valiente con su respiración acelerada.

Ella me contempla con mi blusa color marengo puesta por un momento, quizá llora…

Ellos los caraduras se infiltran en mis arterias y van carcomiéndome con sus zapatos de goma

En sus mentes hediondas se recuerdan de algunos cuerpos, Ahora los gorilas con sus pellejos y disfraces, Ellos apareciendo en los diarios opositores los mafiosos haciéndole a la muerte con sus bluyines.

Ellos con sus uniformes ensangrentados con morisquetas a las multitudes democráticas

Ya me violentan estos fundidos autómatas con un nuevo ritmo afro tipo DINA

Observamos como van golpeándola con esas terribles macanas de plomo

Mientras tanto los rictus de sus caras se descuelgan en el espacio,

Pronto Ellos alucinándose con ese ritual de la violencia

Y descubro una luz amarilla en la yema de mis dedos

Mi rostro lleno de hematomas, Siento la voracidad animalesca Y los hilillos

Claro, La memoria Tambaleando Y trajinando Y en algún punto negro,

Mi cara es una máscara griega

Y que va amoldándose a mis dolores,

Descubro Allí con el Héctor y con mis otros dos hijos pequeños,

Y en sus ojuelos preocupados por su madre,

Hoy están llamándome…

Reconozco esas voces enronquecidas…

Todavía no regreso de este maldito paseo sin retorno,

Ya nada puedo hacer,

Quiero estirar mis lágrimas…Si Pierdo otra vida

Quiero borrarme de este paisaje Con los dibujos de esta encrucijada.

Y en mi pieza Allí una vez más Cada mañana Están llamando las Víctimas con Radio Cooperativa explotando el dial con las noticias de los muertos…

B

En su adormecimiento por una oleada de minutos ella sustantivamente encerrada en sus oídos, Tráfago de

Ella rememorando una y otra vez a su familia, Y nosotros aquí arriba supimos mucho después (,,,)

El tiempo es un fósforo y pitea la crueldad, pero se pregunta, Dónde estarán anotados tantos pensamientos,

Si, amiga mía, esa compleja estructura relojera de adornos corporales dándole datos increíbles cuando, No,

Yo creía que ya había olvidado nuestras miradas y nuestros espacios, Cuando se despertaron mis recuerdos.

Espera, mujer y lo anota en su voz, mirando en la distancia a su Quico, Ella anónima con cierto misterio,

Recuerdo. Vamos a comprar sopaipillas en el almacén del barrio Y una entusiasta pregunta que él asiente con una amplia sonrisa, Luego él está contándome sus sueños de justicia que se atraviesan por su mente, también esos voraces sueños de adolescente y cuando el compañero Allende tuvo que saciar al pueblo, Mientras avanzamos tranquilamente e insaciables por una calleja del populoso barrio Lo Ovalle Pronto Se quedaron casi congelados en un enfermizo silencio hasta llegar de regreso al lugar. Un viento de calavera.

La señora Margarita Muñoz les abre la puerta, tiene en su rostro algunas preocupaciones, en seguida está pidiéndoles que no metan ruido. (Ellos cuando no existía nada uniforme con las invenciones del mundo)

Ella sabe que está sin zapatos y sus ropas terriblemente lacerantes Ella de nuevo metida en sus sueños como

Está viendo a los niños, Ya duermen Y con su cabeza fría Y está segura que no sale de aquella ratonera Pero Llegan a su memoria cuando Mira Como Golpeándola Ohh Qué terrible… Ellos los adolescentes

Ella Ese día está contenta por varias situaciones, Asiste con cierta curiosidad a una peña de la población.

Escucha de los cantautores varios cánticos populares explosivos, eléctricos y rebeldes que van entrando y saliendo por las orejas y, Ella ahora se quiebra como un jarrón de porcelana, Si, Tienen en sus manos los vasos del vino tinto y las empanadas caldeas Y dE pRronTO Brota una tonada y Salen varios al ruedo para bailar la cueca movida y el grosso cigarrillo con sus volutas azules tragándose las moléculas de seres insignificantes y,

PERO ELLA CON FUERZA TRATANDO DE HUIR DE AQUELLOS FANTASMAS… Por supuesto, Cada uno de los presentes en la Peña de los González trabajándole al lenguaje de las víctimas, Sabiendo ella y ayy qué de recuerdos mi amor y ella soltando un suspiro y de tantas cosas horribles cuando,

Fue con la Dictadura Militar cuando crearon la DINA con el siniestro coronel Manuel Contreras a la cabeza con el exterminio de la izquierda y ella continúa con sus polvorientos pensamientos Y ahora todos se encuentran un poco nerviosos y sonríen algo tiritones Quizás sean las garras del frío y entonces persisten metiéndole harto fuego a la chicharra del blábláblá… Es la neblina espesa apoderándose de la mismísima sombra de cada partícula de su cerebro, pensó largamente, Y otra vez las bocas de los cantores dándoles tantas ínfulas a sus pulmones, Y ella claro que ya se había olvidado del tiempo, Y se prolongan las guitarras como genuinas alarmas de la tierra y aquellos hocicos olientes a madera fresca emitiendo sus señales atercio peladas Allí En el fondo de la oscuridad rebuscando ella ciertos resplandores con las señales invisibles (…)

Hoy con sus retinas bien abiertas Ella se encuentra introducida en aquellas clases, Encuentra que fue una bonita idea traer esa escuela de modas a la población, piensa en el ruidoso suceso para todas esas mujeres, Si, Justamente aprendimos entremedio de nuestra pobreza a hacer blusas, faldas y otras cosas para nosotras y a nuestros hombres les hicimos camisas, pantalones y chaquetas, etcétera,

Quiero mover mi cuerpo y continuar batallando con mis vecinas y mis amigas me felicitan por algunas ideas afines pero, si si la profesora una chiquilla madre soltera que sigue hablándome de otros planes para el futuro y sus ojos dilatándose…

Ohhh Con horror descubro el delantal de su cuerpo que va extinguiéndose (…)

De improviso, apagamos la luz del dormitorio. Por allí nos rodean las voces del mundo exterior

Vi en las mandíbulas negras como si fuese un sol oscurecido en algún ángulo,

Antes de dormirse, mi esposo Quico comentándome la gran protesta que hicieron cerca de un callejón, Tengo que abrir los ojos con mayor sensibilidad y, Ella claro que oía la respiración a su hombre pero…

Mi amor, dijo y era una voz de falsete, Estaban casi todos los vecinos y luego añade en su conversación e incluso le relata que habían varios jóvenes con sus padres y éstos adolescentes hicieron de soldados,

Y él semejando una estructura viva y solidaria y siempre respirando y ahora se cruzan sus miradas,

Vi también algunos niños en la lejanía con sus imágenes semejando los pequeños simios del zoo

Y empezó a surgir el fuerte humo de los neumáticos y ellos en un tropel de la periferia,

Si si Todos eufóricos con aquellos cilindros de caucho que estaban ardiendo y quejándose

E implorantes chirridos acuosos con palos con trapos con diarios y con montones de ramas secas

Y entre las llamas se escuchaban cánticos y la fatal humareda y vaya que iba tapando el lenguaje,

Allí ella oyéndolos pegada a su cuerpo y entre saltos y gritos de guerra y en la calle popular sonoras ideas

y llegó la famosa Radio Cooperativa y ya a estas alturas nos daba la impresión de un campo de batalla,

Sí, es la pura verdad, él dice, igual a una película que había visto un día en la televisión, no se acuerda

ni del canal menos del título, Quizás los personajes cinematográficos eran de color tipo azabache y,

ellos coludidos destrozaban las vidrieras de los almacenes y, llegando la policía antimotines

en sus caballos y vehículos todo terreno fueron arremetiendo contra los manifestantes,

Y ella a medida que iban pasando las horas allí notaba la diferencia en ese cuchitril,

Allí una vez más respirando profundamente, todavía sigue la revuelta de los pobladores,

ellos casi en las lágrimas están pidiendo paz y democracia y,

Ahora ellos dos están abriendo sus párpados

Y escuchando desde sus entrañas algo tan extraño

De muy cerca voces quejumbrosas de los que huyen y

Los brutales caballos de la policía y jeeps de los militares

Destrozando a la muchedumbre en el pavimento de las calles

Y ese tableteo de las balas escupiendo sus maldiciones de plomo

Incorporándose en la cama, la María Loreto y el Quico con las manos cogidas,

El aire de la noche larga que desea introducirse por las rendijas de la muralla y,

Les llega el ruido de las botas de aquellos carabineros del Grupo Móvil

y los rabiosos bocinazos que emiten exploradores y pinochetistas

y se escuchan tan de cerca las amenazas de los verdugos y,

Claro, clarito esos son bravos estampidos de armas de fuego

y aquellos en el suelo los furiosos gritos de los heridos,

Ahora traen a sus mentes la María Loreto y el Quico

imágenes en blanco y negro de dos niños muertos

Allí descubrimos los cadáveres tirados en el barro.

Ella desconcentrada enfrentando nuevas agresiones

Y los adolescentes desde el cielo pendientes de cada cosa

Como pensar en algo, no lo sabe, quiere olvidarse de todo

Y en su pierna lleva alojada una bala, pero, quién lo hizo, Él, quién, se trata del más macho de los cobardes en un arrebato de furia cuando,

Allí con la carne destrozada sopesa su derrota de mujer, haciendo un ademán característico

Ahora está observando las maravillas de tantos delitos de aquellos delincuentes de uniforme

No soy la primera en tener tanto sufrimiento

ELLA TAN ENVEJECIDA FRENTE A LOS CRIMENES

¿acaso seré la última mujer asesinada en este desploblado?

Ellos los agentes del estado cursando apuestas

Yo trato de conciliarme con la chorrera de visiones que irrumpen con sus olores aquí en el cadalso

Y ella en sus incertidumbres

Y ella mirándolos a los ojos Y de pronto creyó ver un vestido blanco,

Y recuerdo clarito

Y fue a mis ocho años de edad Y fue mi Primera Comunión

Y la fiesta de una niña

Todavía en mi trompa de Falopio

Y escucho el retumbar de las risas de mis padres y allá mis hermanos

Y el cura con su voto de pobreza y sus prédicas sociales y él dichoso hablando de Theillard de Chardin

Y las felicitaciones de mi numerosa familia porque era una mujer en el redil de las consagradas PERO…

Allí las bestias trabajándole a mis huesos

Y allí descubro las carencias psicológicas

Y sus infancias rotas

Ohhh Otra vez mis carnes rompiéndose en mil pedazos,

Y sus alientos fofos

Y sus rostros amarillos

Y varios golpes de puño

Y estos maricones de siete suelas Y sus malolientes risotadas

Y sus vidas

Y ellos los muy caraduras meando en cada árbol Y se cubren sus cabezotas rapadas con algo negro,

Y yo una mujer de pueblo Y con tanta mala suerte Y murmurando muchas cosas entre mis dolores,

Y hoy quise otras ofertas Y otras alegrías Y mis entresueños se frustran Y ya pronto me voy a morir

Y es mi espantosa agonía aquí en las torres de alta tensión Y ya no me falta nada para mi asesinato

Y ya sé ubicar a las bestias del regimiento Y ellos jugando a las muertes Y sus propias familias

Y qué alivio señores de los cementerios

Y ellos que están guardando todas esas voces vacías.

C

Ella caótica se yergue y ferozmente echando su cabeza a un lado cuando huele toda la soledad que va metiéndose en sus catastróficos y ellos los hampones anfitriones con sus aguas sucias dándole la noticia al mundo cuando la Radio Cooperativa corrobore en la pauta informativa de su acribillado cuerpo

-Oye, dice uno con el ojo tuerto, tú podrías imaginarlo y otro metido en su camisa azul como aquellos animales de hormigón olientes a cebolla en escabeche Todos con los bolsillos llenos con los billetes que fabrican en La Moneda y todos riéndose hace un rato de sus propias desfloraciones.

Son los primeros socios que se anotaron ese día en el regimiento para estas aventuras de la muerte, dicho de otra forma en los parámetros de los disfraces y con el dedo índice en los labios pide silencio, seguramente dirá un cierto discurso y se recuerda el uniformado como en aquella fotografía, allí tuvo que discursear como comandante de derecha en patria y libertad, Si, cuando el mentado pablo rodríguez le pedía que hiciera algunos trabajitos a nombre de la araña,

-Bueno, recuerden que somos las personas juramentadas del Ejército de mi general Pinochet y que férreamente integramos la nómina de la Brigada Mulchén.

Ella escuchaba con asquerosa ventilación la maldita respiración de cada uno de los perros pero, sabe que se encuentra en medio de un camino solitario, Quizás alguien esté mirando sin atreverse a delatar su cuerpo, ella mira para todos lados sin atreverse a subir la cabeza.

Le amarran un chorizo con cartuchos de dinamita, ahora ella levanta sus ojos al cielo, De su epidermis como cuelgan estas figuras geométricas semejando condecoraciones o simplemente cabelleras planas,

Ella está cantando en su desnuda mente,

Quizás sean las medallas del dictador en sus guerras ficticias, se imagina ella, Chismorrean que fue una guerra abierta los primeros días de la asonada, Ahora la mujer con sus bordes en las heridas, ella se recuerda de la escena callejera con la gorra del ejército, ella sin saber cómo, allá lejos todos están llenos de miedo, mientras con humor negro simulan disparos entre ellos mismos y, las risotadas son por una mujer menos en el planeta.

Irrumpe otro vehículo y se baja un capitán, con fuerza en sus palabras ordenando que se apresuren, pronto llegarán las luces del amanecer,

Vi el uniforme de los gánsters, hasta la mitad semejantes al de las mujeres, Si, esos mismos enquistados en la carroña de los cuarteles, Otro que desciende lleva un terciado que le cruza el pecho lleno de balas, Ese otro tiene una cara de sicópata y, cuenta que lleva un gran revólver para matar los miedos, mientras que otro transporta una metralleta para crear las agujas de la muerte. La tensión sube de niveles,

Ella sabe que va a morir

El tiempo está en sus bolsillos

Revisando ella todos los alrededores

Con ojos cadavéricos demasiado rotos

Ahora la niebla poco deja al descubierto

Ellos con los palitroques descompuestos y se burlan a sí mismos Son cuatro o cinco fantasmas que la insultan…

D

Ella gritando un rato con la fusión de los caballos.

Ahora. Está sola. Ya se han retirado los agentes del estado

-¡Voy a morir!! repite a la concurrencia muda e inexistente quedando agotada.

Las voces de mis hijos grabándose en mi cabeza.

Mi madre con taquicardia.

En la Comisaría preguntándole al sargento por enésima vez.

Quico mi marido preocupado dialogando en la Vicaría de la Solidaridad

En el centro de Santiago él mira a los universitarios como reclaman contra los asesinatos del CNI,

Ve transeúntes leyendo el diario Fortín Mapocho

Y con los carabineros arremetiendo con sus lumas en ristre

Por allá otra gente comiéndose la comida chatarra al paso.

Pronto. Mi boca se seca

Algo raro me está sucediendo y suplico

al todopoderoso o como se llame que proteja a mi familia

Mis recuerdos confesándose entre los pliegues de mis carnes

pero alguien me patea con todas las furias,

Estoy absorbiendo todos los castigos de mi vida

Con los rictus de esas bocas que se van multiplicando

Ella todavía con el hielo de la noche

Mi rostro húmedo como una gran inundación

Y muevo mis pequeños ojos sin poder tocarlos siquiera

y como muchas manos están divirtiéndose contra mi pellejo

Apuro mi respiración pensando en mi madre

y un puño helado choca en mi estómago

y mis pobres brazos se van tornando tan violáceos

Ahora. Varias manos me entrecruzan cables

Como un pastel de manzana lleno de grietas

y confluye desesperadamente lo cotidiano

y yo pudriéndome entre los aullidos de la noche

Yo. Regresando de un paseo dominical en mi infancia

Y no sé cómo hoy ha desaparecido mi cuerpo de mi casa

Tampoco sé cuántos cartuchos de dinamita rodean mis extremidades

Y tengo las manos y las piernas fuertemente amarradas y con los gritos de las bestias Y con sus risas histéricas jugando a los vaqueros Y como se recuerdan del mítico james bond cuando éste elimina a sus enemigos

Hoy. Cuento los segundos que me quedan para estrujar todos mis aires y algunos pajarracos con sus revoltosos graznidos pasan veloces y luego están revoloteando para vencer esas fuerzas extrañas / Quise ser una madre moderna con mis hijos y ellos piensan de todo Quise darle felicidad a tantas personas de la población Cuantas alegrías…

(Un perro negro. Se aproxima con precaución. Con sus orejas buscando con los oídos algunos sonidos. Ladra ladra tratando de apoderarse de un pedazo de mi cuerpo. Finalmente descargando sus desperdicios).

-Oye, mira si como el tiempo se va adelantando quiere decirnos algo revelándose uno al otro de los adolescentes / Mi mente como que percibe con fracción de segundos aquellos engranajes del fatídico reloj

Es el nAciMienTO dE uN rUiDO((((

Y este de golpe va tragándose todo

Y cada uno de sus chasquidos

Y sus piernas VUELANnn

Como si fuesen ramas

Y sus brazos alados

DESTORnillándose

Y crujen sus huesos

a-b-r-i-é-n-d-o-s-e

una gran ventana

entre sus pechos

Y el aire como se aniquila

Y su testera desprendiéndose

Y como bala de cañón se incrusta

En los metales de la torre eléctrica

Algunas sombras

con los pobladores furtivos que

notan a la distancia

como los bandidos se reparten las moléculas

Y

con la Radio Cooperativa que está llamando tan temprano…

Atención Y son las 5.45 a.m.

“Y le contamos

Hemos descubierto que la tierra otra vez quedó mojada con la sangre de una víctima…”

(María Loreto Castillo Muñoz. Dinamitada por la CNI)


ESCRITOR RHOMENAJE AHOMENAJE AL GRAN ESCRITOR GUERRILLERO SALVADOREÑO ROQUE DALTON ASESINADO POR SUS PROPIOS CAMARADAS COMUNISTAS


TON

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sábado, 5 de diciembre de 2009

Estrellando el muro: escritura desde la prisioón política en Chile...

Estrellando el muro: escritura desde la prisión política en Chile.
(Olga Grandón, Colectiva Feminista Estrella del Mar, Concepción)
(A Ivett Malverde [Q.E.P.D.], por su participación en esta historia)



Olga Grandon



Abundante y poco conocida es la obra lírica nacida desde las cárceles o lugares de reclusión durante poco más de dieciséis años de dictadura militar fascista en Chile (1973-1989). En un trabajo de recopilación que realicé en los años ochenta, hallé veinticuatro publicaciones y algunos textos inéditos de poesía sobre la experiencia de reclusión política en Chile, editados desde 1976 hasta 1990 (1). El boom de estas publicaciones se produjo en los últimos años de la dictadura militar de Augusto Pinochet, entre 1985 y 1990. 

Nombro algunos títulos: Relegado en Corral de Patricio Barrios; Dawson. Poemas escritos en el Campo de Concentración de Isla Dawson, sept. de 1973- sept. de 1974 de Aristóteles España; Crónica del Reyno de Chile de Omar lara, Carta de prisionero de Floridor Pérez, Prisionero del Sol de Juan Salvador Polizzi; Notas para una contribución a un estudio materialista sobre los hermosos y horripilantes destellos de la (cabrona) tensa calma de Mauricio Redolés; Primer Arqueo de Clemente Riedemann, En una costilla del tiempo de Belinda Zubicueta, Anteparaíso de Raúl Zurita, Mi rebeldía es vivir de Arinda Ojeda, y Estrellando el muro de Nancy Solís. Estos dos últimos textos serán especial motivo de mi atención en esta ponencia.

No pretendo estudiar exhaustivamente dicha producción, pero sí dar cuenta de algunas características intertextuales que se presentan en los poemarios, con variaciones de acuerdo al texto y al proyecto del autor. Por ejemplo, el poemario Anteparaíso de Raúl Zurita se proyecta dentro de la poética explícita de su autor, como "literatura-vida", más que testimonial al tenor del resto de los poemarios citados; este texto en particular concibe el arte como extensión de la vida humana del autor.

En relación a la amplia producción lírica citada, postulo que una abundante textualidad en los años ochenta en Chile adopta carasterísticas testimoniales como una forma de expresión de una realidad individual o colectiva, representativa de un grupo social y sentida como inexpresada, por lo tanto, intenta erigirse en memoria para la historia de un pueblo.

El carácter testimonial en la literatura latinoamericana tiene abundantes antecedentes, ya que desde sus orígenes están las crónicas, las cartas de relación y los poemas épicos del descubrimiento y conquista de nuestro Continente, que tienen como objetivo fundamental relatar los hechos dramáticos que fundaron nuestra historia y este carácter se mantiene con diversos grados en nuestra literatura. Relacionada con este carácter está la presencia de una dimensión política y social en la literatura latinoamericana desde las tendencias neoclásicas y románticas del siglo pasado hasta, en gran medida, las contemporáneas, esto es , la presencia de objetivos utilitarios, sean didácticos, políticos, sociales, cognoscitivos, etc. en las obras literarias estrechamente relacionadas con el contexto histórico-cultural y natural en que se insertan.

Algunos estudios sobre la función testimonial en la literatura latinoamericana afirman que dicha función está estrechamente ligada a una "atmósfera de represión, ansiedad y angustia" o a "momentos de exaltación heroica en los avatares de la organización guerrillera, en el peligro de la lucha armada" (Jara, 1986:2).

Desde este punto de vista, Latinoamérica y Chile han enfrentado desde su descubrimiento y conquista, lo que es una particularidad fundacional de nuestro Continente. Así, en el Chile de la dictadura los prisioneros políticos escogieron la escritura o la imagen icónica para testimoniar sus trágicas vivencias de lucha y reclusión en textos cuya temática oscila entre las contingencias de la historia y los conflictos íntimos, entre lo real y lo imaginario.

En algunos poemarios, los prólogos exponen explícitamente los propósitos testimoniales de su autor; en otros, diferentes procedimientos revelan la tentativa de expresar por escrito una experiencia colectiva de reclusión, tortura, represión y alienación. Ejemplos representativos de este tipo de textos son: Crónica del Reyno de Chile de Omar Lara, Dawson de Aristóteles España, Prisionero del Sol de Juan Salvador Polizzi, ¿Dónde estabas tú cuando se manchó el asfalto? de Pablo Varas y Se vive para darse de Ignacio Vidaurrázaga. En este último, el prólogo del autor, titulado "Algunas explicaciones necesarias", es explícito al respecto:

En nuestro caso, en estos tiempos de cárcel hemos retomado el escribir "cosas" como una elemental forma de comunicar y trascender barrotes. Subordinándolos también a lo esencial y lo básico: asumirse - también aquí como militantes de unan tarea inconclusa-...en nuestro caso, la poesía es nada más que un instrumento para canalizar- de otra forma- el reflejo de lo que nos ha tocado vivir y hacer en estos años... En algunos dibujos y poemas, nos hemos metido en la contingencia o en lo directamente denominable "de combate" en una óptica estrecha. Porque en su conjunto este trabajo refleja todo o sea, el amor y guerra, dolor y alegría, cotidianidades y sueños (Vidaurrázaga, 1988: 2-3).

De esta manera, estos textos trascienden los límites de la contingencia y la denuncia, para profundizar en variados temas relacionados con la libertad, la comunicación, la solidaridad, el amor, la naturaleza, etc. Un mecanismo recurrente en estos poemarios es abordar estos temas a partir del testimonio de hechos contingentes, lo más compartido aquí es la defensa de la integridad del ser humano frente a la experiencia vivida por todos de la tortura y la aniquilación.

Los siguientes poemas son ejemplos representativos de ello; Carta de prisionero de Floridor Pérez, Barrotes de poesía de César Uribe, Mi rebeldía es vivir de Arinda Ojeda y Estrellando el muro de Nancy Solís. Esto dos últimos poemarios fueron escritos y editados durante la reclusión política de ambas en la Cárcel de Coronel de la Octava Región, condenadas a largas penitencias por los delitos de asociación ilícita y en el caso de Arinda, ingreso ilegal al país, delito que a Arinda le costó la condena de 15 años, reducidos por indulto presidencial de 1989, en la práctica, a nueve años y medio. Fue de todas las prisioneras por fiscalía militar, en ese entonces, la que más tiempo residió tras los barrotes de la mentada Cárcel.

Los poemas comentados constituyen, en general, la "subversión", la versión no oficial sobre la experiencia de los presos políticos en reclusión durante los años de la dictadura.

En otras palabras, se trata de la versión no institucionalizada no estigmatizada por los medios de comunicación oficiales ni por los partidos políticos. Relacionado con esto está el hecho de que, particularmente, las presas políticas abordan temas que revelan su doble marginalidad en una sociedad escindida por criterios sociales, culturales y sexistas. El "Manifiesto" de Arinda Ojeda (1989) y el poema "A modo de epílogo" de su libro Mi rebeldía es vivir desarrollan el tema de la rebeldía contra la marginación de la mujer en la sociedad patriarcal en su expresión sexista, como forma de dominación que se ha dado desde los tiempos más remotos de la historia de la humanidad y, en consecuencia, justificada como natural en nuestra sociedad. Los años de dictadura militar fascista en Chile acentuaron el autoritarismo de esta dominación y, por lo tanto, la lucha de las mujeres contra este sistema opresor ha sido doblemente reprimida, en cuanto opositoras al régimen y en cuanto mujeres. La figura de la bruja atacada por su condición rebelde representa en los textos citados de Arinda Ojeda esta problemática de la mujer en la historia de la humanidad, figura que se reitera también en Estrellando el muro de Nancy Solís. Cito parte del "Manifiesto" de Arinda:

Orgullosas de ser brujas, sinónimo de mujeres transgresoras. Esas rebeldes amantes del saber fueron entonces relegadas a lo oscuro, como hoy nos aprisionan en rincones de espacios, a migajas de tiempo.

La historia continúa, adecuada a los avances de las eras espaciales, pero nuestras escobas mantienen su oficio imprescindible: barrer el lodo que ensucia las estrellas, llevarnos a volar el pensamiento, filtrar con ingenio las murallas hasta hacer tambalear los cimientos podridos y derrumbar los ídolos de oropel con sus bases de barro.
¡Botemos esos tristes monumentos!...
Volvemos a la carga con más fuerza, en esta batalla larga por torcer las líneas implacables, para llegar a celebrar nuestro aquelarre con bases nuevas para una nueva historia (Ojeda, 1993: 91-92).

La identificación con las brujas nos remonta a la edad media europea y a los inumerables crímenes que cometieron con ellas, en nombre de la Iglesia y del Estado, sin pruebas del delito, por estar siempre los interrogatorios de las víctimas basados en la tortura. 

El carácter de transgresoras al sistema opresor por sus prácticas curanderas y su sabiduría al respecto destrozaba el ideario machista del patriarcado que mitificó el ideal de la maternidad reducido a la crianza de los hijos, a través del culto a la Virgen Madre, esto es, el Marianismo. La estrategia con las brujas fue su aniquilación. El paralelo con las prisioneras políticas sometidas a similares vejámenes en nombre de esta mitificación es evidente, lo importante es la conciencia feminista que se manifiesta al respecto, a través de un "Manifiesto" precisamente, y que es compartido como bandera ideológica en la lucha que seguían dando desde la Cárcel estas prisioneras. A modo de confirmación de ello, en el prólogo de Estrellando el Muro, titulado "Magiando sueños", Nancy Solís testimonia:

Desde el confín y la vanguardia busco las múltiples formas de entrega y aporto con mi modesto grano de arena a esta playa de todos que construimos cuando nos liberamos de la única forma verdadera: luchando (Solís, 1989:12).

La figura de la bruja del siglo XX luchadora recorre los poemarios de ambas compañeras de prisión en sus más poéticas representaciones y esto las distingue de los textos comentados anteriormente, mayoritariamente masculinos. Nancy escribe: "Tienen a cuatro brujas encarceladas en el pueblo de Coronel" (Solís, 1989: 33), y el poema "A modo de epílogo" de Mi rebeldía es vivir, celebra la colectividad rebelde de mujeres a través del "aquelarre" (junta o reunión nocturna de brujas):

No nos quitarán nuestro aquelarre
hermanas,
lo tendremos
y danzaremos y beberemos
hasta embriagarnos de risa, 
satisfechas nuestras esperanzas, 
realizados algunos de nuestros sueños... (Ojeda, 1988: 59).


Finalmente, esta figura está implícita en un texto manuscrito e inédito de Patricia Roy, prisionera política en la Cárcel de Santo Domingo en Santiago:

He descubierto que no quiero ser cristiana
ni católica, apostólica y romana
ni protestante
ni mujer militante
ni prisionera.
He descubierto que no quiero ser millonaria
ni grosero reflejo de tu vida.
He descubierto dos ojos abiertos en mi cara
y una red de cicatrices en mi alma (Roy, 1989).

Fantasías, testimonios, "sueños", utopías y proyectos políticos, que aspiran a cambios en nuestra sociedad se mezclan en la mayoría de los poemarios comentados y revelan una visión de mundo rebelde y "subversiva" en el contexto de la reclusión, represión , autoritarismo e injusticia del que nacen dichas obras; una visión de mundo signada por la esperanza, la solidaridad y la lucha revolucionaria por el cambio social. 

La escritura desde la reclusión política en Chile es en sí misma un gesto de lucha y rebeldía contra el sistema fascista (2) que causó la prisión de los autores que comento y, por lo tanto, esta poesía es una expresión consecuente con las posiciones políticas que defienden los prisioneros. Reafirma mi hipótesis el costo o riesgo que implicó publicar la mayoría de los poemas, ya que la realización de esta empresa requirió de la participación de otros para sacar los poemas clandestinos de la cárceles, editarlos y financiar la edición, es decir, el trabajo mismo de la publicación de un libro desde la prisión se hace necesariamente más compartido y solidario y se entiende como parte de la lucha de los presos políticos por su liberación. 

|En esta parte de la historia intervine personalmente, para primero participar en el lanzamiento del Primer libro de Arinda Ojeda en 1988, al interior de la Cárcel de Coronel, Octava Región, junto con mi profesora guía de mi tesis en la U. de Concepción -Ivett Malverde (Q. E. P. D.)-, el escritor Juan Carlos Mestre y la antropóloga y principal ideóloga y fundadora de la Colectiva Feminista Casa de los Colores, Carmen Durán (Colectiva que nació precisamente ese año y evolucionó hasta llegar a ser los últimos tiempos la Colectiva Feminista Estrella del Mar). Este lanzamiento se hizo al interior del recinto penitenciario, por tanto, todos nuestros comentarios literarios debieron ser aprendidos de memoria o ingresados en incómodos trocitos de papel biblia, que se escondían en los cómodos pliegues que la madre naturaleza ha dado afortunadamente a nuestros cuerpos, porque la revisión a la entrada del recinto era intensa y grosera. Y hasta hoy lo es en general en las cárceles de nuestro País, soy testigo de ello.

De la misma manera fueron sacados los poemas de la cárceles para ser escritos a máquina o en computadora y en esta labor intervinimos, para el caso de los poemas de Arinda y Nancy, Carmen Durán y yo en Concepción, a quienes Nancy dedica su libro, mentándonos como sigue: "hermanas y brujas de todos los tiempos..., amadas hermanas, que con sus porfías y mis ganas hicieron posible mi atrevimiento".

El gesto de publicar un poemario y lanzarlo al interior de la Cárcel era entonces un atrevimiento múltiple. El éxito que dicho gesto colectivo tuvo en la lucha por su liberación se concretó para Arinda en la publicación de su poemario en dos ediciones chilenas, una mexicana, más dos bilingües en Francia e Italia (3), junto con numerosas inclusiones en antologías nacionales e internacionales; también obtuvo el Premio Emisión 1988 por la promoción y defensa de los Derechos Humanos, y, finalmente, este gesto de publicar incidió en cierta medida para la consecución del indulto presidencial que la liberó en 1989, con la conculcación de sus derechos ciudadanos; lo que hasta el día de hoy le impide entre otras cosas, votar en las elecciones de nuestro País.

Arinda continuó en libertad su carrera literaria con la publicación posterior de Cristal de luna Negra en los años noventa, un libro en proyecto casi por aparecer y su participación en las antologías Las sirenas andan solas, pero navegan los mismos mares (Concepción, Ediciones Brujas, 1991) y Ventoleras (Concepción, Ediciones Brujas, 1993), autoeditadas por el Grupo Literario Mujer, al que pertenecí también yo, en calidad de antologada y antologadora.

El libro de Nancy fue lanzado el año siguiente, 1989, en iguales condiciones, con un reconocimiento explícito de la herencia de Arinda, escribe: "Tienen a cuatro brujas encerradas en el pueblo de Coronel, que se vuelan en sus escobas hasta el último confín" y son capaces de "pintar el futuro", desde donde "nace metálico el día" (título de uno de sus poemas). Entonces, parafraseando a Nancy, ella da a luz su escritura: "paisajeada" y "estrellando el muro". Huelga comentar su metáfora, que da el título a esta ponencia.
Entusiasmada por esos años con este boom literario, le escribí a la Cárcel de Santo Domingo en Santiago a Patricia Roy, cuya publicación de algunos poemas en la antología Girasoles en las sombras (1988), me había impactado. Me contestó enviándome un manuscrito, que nunca ha sido publicado, y creo que por sus condiciones de salud en esos momentos, ya olvidó. Entre muchos poemas, su breve manifiesto poético, que podría titularse "Cómo escribo", parafraseando una célebre conferencia de Gabriela Mistral (4), es finalmente representativo y decidor de toda esta historia, por tanto, por la brevedad de tiempo de esta ponencia, me limito a transcribirlo del manuscrito:



Mi escritorio es simple y oscuro:

Papel de arroz
para las cartas más hermosas.
Papel biblia
para la poesía más sutil.
Papel Ingres 
para mis dibujos de agua.
El diccionario es predilecto
y ocupa un lugar importante,
su cubierta de terciopelo azul
está fuerte junto a mí
para ser tocado
en la permanente búsqueda 
de las palabras indescifrables.
Podré caminar sin zapatos
en el suelo tibio
y contemplar la madrugada
algún día
por entre las cejas
y el rumor de las hojas 
nuevas de los álamos
y el único cactus
de la reja.
Pequeño juego de deseo insatisfecho
en la furia de las cosas:
habitación desnuda
sin ventanas,
templo o cubil
de nieve blanca,
cuadrado de madera hueco
vela mi sueño
y piedra porosa
reposa quieta (Roy, 1989).


Cuando Patricia Roy ya contempla la madrugada por entre las cejas y no las rejas (eso espero). Dejo la palabra al público para que saque sus propias conclusiones, testimonios y verdades sobre este texto.



A MODO DE CONCLUSIÓN:

Como ya había sugerido, el momento histórico estimuló la creación de la mayoría de estos poemarios con un carácter testimonial, y aunque no todos tuvieron la fortuna de salir a la publicación en ediciones de mediano o largo tiraje, el solo gesto de producirlos marcaba un grado de rebelión por la situación que he comentado.
Me pregunto por qué la poesía fue un género privilegiado en el testimonio, sobre todo en los años 1988 y 1989. Muchas pueden ser las motivaciones, y tal vez una tenga que ver con la flexibilidad de un género en que la presión de fidelidad al referente es más tenue; aunque se trate de testimonios, y eso da mayor libertad de expresión para quienes en una situación- límite, "tiempos de cárcel", dieron rienda suelta a su expresión muchas veces catártica, onírica y figurativa, otras, y elaboradamente política, a veces; pero jamás subsidiaria del quehacer político-partidista. Otra motivación importante tiene que ver con la percepción de la mayoría de los autores sobre el momento histórico como "tiempos de guerra" (parafraseo a Vidaurrázaga). Unos versos de Mi rebeldía es vivir dan trascendencia a esta valoración: "en verdad/ es una guerra personal y prolongada/ contra la muerte lenta que desprecio".
Finalmente, son textos más cercanos a la memoria dolorosa de lo vivido y a la reflexión sobre los triunfos y derrotas, con una tonalidad de paréntesis interrogativo más que propositivo. El tono consignista de lucha y redención no está del todo ausente, mas es evidentemente secundario frente al dominio de la memoria como balance de lo vivido. Pienso que la poesía ayudó más que la prosa para tales motivaciones.


NOTAS



(1) Ofrezco una completa bibliografía con los textos que pesquisé, al final de mi trabajo.

(2) El concepto de fascismo está basado en el estudio de Félix Guattari, titulado "Micropolítica del deseo", incluido en Cartografías del deseo (1989); y se entiende como "sistema totalitario contemporáneo", caracterizado por el "despotismo", es decir, la represión sobre el individuo en sus deseos, libertades y derechos humanos, en términos amplios, el fascismo contiene una "multiplicidad" de manifestaciones a nivel individual, de grupo o de formación social (Guattari, 1989: 89-90). En esta presentación privilegio esta última manifestación, es decir, el fascismo en el plano de la formación social y específicamente, dentro de un sistema capitalista dependiente, el de nuestro País.

(3) Fuera de las citadas en bibliografía, estas ediciones reediciones fueron:
Mi rebeldía es vivir. 2ª. Edic. México: Casa de Chile, 1988.
Mi rebeldía es vivir. La mia ribellione è vivere. Trad. por Anna Bognolo. Pub. Comitato di Solidarietà con i Prigioneri Politici Cileni di Vicenza. Suplemento S.L. Nº 2189 del periódico CISL- Vicenza: CISL-Vicenza Organizzacione Editoriale F.G., 1988.
Vivre est ma révolte. Edición bilingüe. Trad. por Mariella Donato, Angèle Jimenez, Christine Micheletti, Marita Ozorio, Catherine Puig-Verona. Grenoble: la Pensée Sauvage Editions, 1988.

(4) Mistral, Gabriela. "Cómo escribo", en Antología Mayor. Tomo 2. Santiago: Cochrane S. A., 1992, pp. 553-6.


BIBLIOGRAFÍA



1. Bibliografía de autores:



Barrios, Patricio Relegado en Corral. Presentación de Comisión de derechos humanos. Arica: editores Comisión de derechos humanos Arica, 1985,

Candia, Ricardo (antologador).Palabras de Chile prisionero. Cuento, testimonios, cartas, poesía. Presentación y antología de Ricardo 
Candia. Santiago: Alcántara, 1988.

Epple, Juan Armando y Omar Lara ( antologadores ).Chile; poesía de la resistencia y del exilio. Antología de Juan Armando Epple y Omar Lara. Bucarest: Univers, 1976. 

España, Aristóteles. Dawson. Poemas escritos en el Campo de Concentración de Isla Dawson, sept. de 1973- sept. de 1974. Prólogo de Jorge Narváez, y comentarios de Gonzalo Rojas y Alfonso Calderón. Santiago: Bruguera, 1985.

Huerta Daniel y Jorge Salas (Editores). Ante la vida, poesía de Flor Lorca, Angélica Rojas, Sandra Trafilaf y Belinda Zubicueta. Dibujos de Miriam Bergholz. Prólogo de Mauricio Redolés. Santiago: Edic.14 de diciembre, 1989.

Lara, Omar.Crónica del Reyno de Chile. Bucarest: Buletinul, 1976. 

Moreno , Demián y Dante Ruiz (antologadores).Girasoles en las sombras. Antología de presos políticos. Presentación de Demián Moreno. Santiago: Urbe, 1988.

Ojeda, Arinda.Mi rebeldía es vivir. 1ª. Edic. Concepción: Editor Marcos Cabal, 1988.

Mi rebeldía es vivir. Prólogo de Bruno Serrano. 2da. Edic. Santiago: Ediciones Literatura Alternativa, 1988.

Cristal de Luna Negra. Prólogo de Ramón Riquelme. Santiago: Fértil Provincia, 1992.

Ojeda, Arinda y otras. Ventoleras . Concepción, Ediciones Brujas, 1993.

Pérez, FloridorCarta de prisionero, Concepción: LAR, 1985. 

Polizzi, Juan Salvador.Prisionero del Sol. Concepción: s/e., 1985. 

Richards, Paulina.La cola de la lagartija. Dibujos de Gabriela Richards. Prólogo de Bruno Serrano. Santiago: Ediciones Literatura Alternativa, 1988. 

Rojas, Angélica. Poemas y cuentos de amor y desamor. Inédito, 1989. 

Redolés, MauricioNotas para una contribución a un estudio materialista sobre los hermosos y horripilantes destellos de la (cabrona) tensa calma. Santiago: Jota Chile, Ediciones Cincuentenario, 1981

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Riedemann, Clemente Primer Arqueo. Valdivia: El Kultrun, 1989.

Serrano, Bruno (antologador).Poesía prisionera. Escritura de cinco mujeres encarceladas. Antología y prólogo de Bruno Serrano. 

Santiago: Ediciones Literatura Alternativa, 1988.

Solís , Nancy. Estrellando el muro. Santiago: Ediciones Literatura Alternativa, 1989.

Uribe César. Barrotes de poesía. Castro de Chiloé: Imprenta Valle Sur, 1985.

Varas, Pablo. ¿Dónde estabas tú cuando se manchó el asfalto?. Santiago: Arte Impresos, 1986. Antología de poesía de presos políticos chilenos. Un hombre rompe todas las fronteras. Santiago: Pablo Patricio Varas editor y antologador, 1988.

Vidaurrázaga, Ignacio. Se vive para darse. Dibujos de Fernando Vidaurrázaga. Santiago: Ediciones Literatura Alternativa, 1988.

Zubicueta, Belinda. En una costilla del tiempo. Presentación de Heddy Navarro y Bruno Serrano. Santiago: Ediciones Literatura 
Alternativa, 1990 Ardiendo piedras. Poemas. Santiago: Impresos Damopij, 1993

Zurita, Raúl Anteparaíso. Santiago: Editores Asociados, 1989.



2. Bibliografía crítica:

Guattari, Félix Cartografías del deseo. Traducción e Introducción de Miguel Denis Norambuena, editor Francisco Zegers. Santiago: Lord Cochrane, 1989.

Jara, René y Hernán Vidal (editores). Testimonio y Literatura. Minneapolis, Minnesota. Publicado por: Society for the Study of Contemporary Hispanic and Lusophone Revolutionary Literatures, Institute for the Study of Ideologies and Literatures and Prisma Institute, 1986.

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